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CAPÍTULO 03<br />

Helipterum (flor eterna): flores similares a las margaritas,<br />

normalmente de color blanco, rosa o amarillo con delicados tallos.<br />

Se pueden secar para hacer adornos navideños.<br />

DESPUÉS DE SACAR y colocar la compra golpeando las puertas de los armarios enfadada<br />

por la visita de Eavan, Claire subió la escalera pisando con fuerza en dirección a su despacho,<br />

que había montado en el piso más alto de la casa. A Eavan le había dicho la verdad respecto<br />

a que tenía un montón de trabajo pendiente: las pilas de papel rodeaban su ordenador blanco<br />

Apple y casi cubrían por completo su escritorio de madera de arce. En la habitación había<br />

también una silla de mecanógrafa color naranja brillante, un archivador imitación a madera, una<br />

pequeña nevera (que en el fondo sentía que debería estar llena de champán, aunque<br />

normalmente sólo contenía agua) y una variada selección de estanterías en las que los<br />

manoseados manuales médicos se disputaban el espacio con las exitosas y gruesas novelas<br />

que secretamente prefería leer.<br />

A Claire le gustaba aquella habitación. La verdad era que le encantaba estar allí cuando se<br />

encontraba sola en casa. Era un espacio exclusivamente suyo, diseñado, amueblado y utilizado<br />

sólo por ella. Nunca había sido otra cosa que su estudio y, de algún modo, eso la hacía<br />

sentirse aliviada y segura. A veces se sentaba en la silla de mecanógrafa con las piernas<br />

subidas y las rodillas dobladas bajo la barbilla y se decía a sí misma que su vida había debido<br />

de convertirse en algo especialmente aterrador si sentía que su despacho era un lugar<br />

confortable en el que estar. Pero lo era.<br />

Se sentó a su escritorio pero ni siquiera se molestó en acercarse el manuscrito en el que<br />

estaba trabajando. Lo que hizo fue mirar fijamente la pantalla del ordenador y pensar en la<br />

visita de Eavan.<br />

Eavan Keating era su mejor amiga. Claire la conoció en su primer día en Locum Libris, una<br />

editorial que publicaba libros de texto de medicina y revistas médicas especializadas. Claire no<br />

tenía ningún conocimiento especializado cuando entró a trabajar allí como administrativa, pero<br />

aprendió mucho con el paso del tiempo y, desde luego, estar casada con un médico ayudó.<br />

Aunque cuando empezó en Locum Libris no estaba casada con Bill Hudson, pero sí sabía que<br />

se casaría con él. Lo supo desde el principio.<br />

Cerró los ojos y se permitió recordar la primera vez que vio a Bill. Era el día en que ella<br />

cumplía cinco años y su madre había invitado a la fiesta a todos los niños de la calle donde<br />

vivían enviando invitaciones de papel rosa con sobres también rosa. Claire aún recordaba la<br />

emoción por su vestido nuevo color rosa, la enorme tarta de cumpleaños con gruesas velas<br />

rosa, los regalos envueltos en papel rosa y los globos rosa clavados con chinchetas por la<br />

habitación. Todos los niños habían traído regalos envueltos en papel rosa, excepto Bill Hudson,<br />

el niño de seis años de dos casas más abajo. Él le dio una caja sin envoltorio.<br />

—He roto el papel —dijo con brusquedad—. Era de chica.<br />

Curiosamente, Claire ya no recordaba qué había dentro de la caja. Caramelos, pensó. O tal<br />

vez ceras de colores. Algo colorido. Pero no le prestó ninguna atención, porque sintió que algo<br />

tiraba de su corazón al mirar a Bill Hudson; sus desafiantes ojos marrón caramelo la

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