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CAPÍTULO 32
Sempervivum (siempreviva): flores amarillas rojizas y púrpuras,
conforma de escarapela. La escarapela madre muere cuando
termina la floración.
EAVAN TERMINÓ DE IMPRIMIR los informes de ventas y los grapó antes de llevarlos a la
oficina de su jefe.
Ken Casey, o Ken Crazy {12} como le llamaba el resto de la gente de la oficina, estaba
sentado en su sillón de cuero (una versión montada de los productos embalados que tenían a
la venta en el piso de abajo) con los pies encima de la mesa (también disponible en la tienda, y
rebajada esa semana en uno de los días de Precios Locos).
—Gracias —dijo él—. ¿Te va bien?
—Sí, muy bien —contestó ella.
—¿Estás aprendiendo cómo funciona todo?
—Por supuesto.
—Graham dice que eres muy inteligente. Y rápida. Dispuesta a aprender. —La miraba
calculador, con sus ojos grises.
—Tampoco es física cuántica —contestó ella—. Cualquiera podría hacerlo.
Él levantó una ceja y bajó los pies de la mesa, se sentó erguido en la silla sin dejar de
observarla.
—Todo está codificado, todo es coherente, no es a prueba de tontos, pero tampoco es
difícil —prosiguió ella.
—¿Sabes?, el resto de la gente me cuenta lo difícil que es su trabajo y el estrés que tienen
que soportar —comentó su jefe.
—Bueno, todo el mundo dice esas cosas. —Eavan sonrió ligeramente—. Y no es que no
estemos estresados, Ken, porque estamos muy ocupados ahí fuera, pero una vez que tienes
un sistema, no está tan mal.
—¿Y tú tienes un sistema?
—Desde luego.
Entonces su mirada fue aún más curiosa.
—Creía que habías vuelto a trabajar después de unos años de baja —dijo él—. No me
había dado cuenta de que estabas tan al día.
—No lo estoy —aclaró ella—. Los programas han cambiado un poco desde la última vez
que estuve en una oficina, pero lo básico sigue igual. Y sí, no he trabajado durante una época,
pero llevaba una casa. Si llevas la economía doméstica, definitivamente tienes un sistema.
Él se echó a reír.
—Mary me dijo que estuviste muy animada en la entrevista —le comentó.
—No soy animada —dijo Eavan.
—Oh sí, sí lo eres.