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cabeza.
—Ha sido como besar a chicos distintos —meditó mientras Robyn la miraba interrogante—.
Ha sido increíble. —Hizo una pausa, tratando de explicárselo a su amiga—. Increíble, pero no
porque esté enamorada de él. Estaba enamorada de la idea que me había hecho de él, pero
ahora que está aquí y que le he besado como es debido... es distinto. Es un amigo. Siempre
será un amigo. Y supongo que besa bien, aunque al único chico al que he besado en la vida es
al idiota de Jamesie O’Sullivan. Con Steve ha sido bonito, pero quizá es aún más espectacular
si estás enamorada de verdad.
—No te comprendo —dijo Robyn—. Todo el mundo sabe que estabas loca por él desde que
volvimos de Galway.
—No, no es cierto.
—¡Venga! —rió Robyn—. Siempre estás hablando de él, bueno, eso si no le estás enviado
mensajes.
—¿Sí?
—Sí.
—Me gusta un montón —aceptó Georgia—. Y quiero volver a besarle, pero no es mi alma
gemela.
Claire sacó más cervezas del frigorífico y las llevó a las neveras portátiles del patio. La
fiesta había adquirido vida propia, la gente deambulaba por el jardín y se mezclaba entre sí.
Rosie y Celia estaban charlando con un par de chicas del club Smash and Grab, Paul y Petra
seguían juntos, en ese momento compartiendo una botella de vino.
Georgia y sus amigos, incluido un chico al que Claire no reconoció, pero que evidentemente
estaba interesado en su hija (de tanto en tanto, cogía a Georgia de la mano) se habían
sentado en círculo en el césped y estaban comiendo hamburguesas. Phydough se había unido
a ellos, mirando con tristeza cómo desaparecía la comida.
Con estaba hablando con su vecina de al lado. Eileen y sus amigas habían ocupado la mesa
del patio. Joanna todavía seguía de cháchara con Frank Maddox. Lacey estaba descalza en el
césped, charlando con Trinny Armstrong. Claire se dio cuenta de que Lacey y Trinny eran
parecidas. Las dos eran mujeres fuertes y seguras de sí mismas, y ambas habían triunfado en
los negocios. Pero a las dos se les daban mal los hombres. El pensamiento le vino a la mente
de repente. Trinny no era consciente de lo bueno que era lo que tenía con Josh, siempre
estaba buscando algo o alguien más, nunca estaba satisfecha. Y Lacey, bueno, Lacey había
encontrado a su padre, pero después de relaciones desastrosas con los padres de sus hijos.
Tal vez no se pudiera ser bueno en todo, pensó Claire, aunque era una idea poco edificante.
Eavan Keating y Nate Taylor estaban de pie, el uno al lado del otro. Claire se preguntaba
incómoda de qué hablarían. Nate le dijo algo a Eavan y ella sonrió levemente. Entonces él se
alejó de Eavan y atravesó el jardín. Todavía no había señales de Glenn, que debería haber
llegado ya. Claire sabía que Eavan estaba preocupada por él, porque veía la frente de su
amiga, normalmente lisa, fruncida, y por la forma en que no dejaba de mirar la entrada. Contra
toda esperanza, Claire deseaba que las cosas se arreglaran entre ellos. Eavan intentaba ser
fuerte, Claire lo sabía, pero en realidad no lo era. Muchos años atrás, se sintió destrozada por
la decisión de abortar, cosa que tuvo que hacer, aunque más adelante insistiera en que no