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—¿Mi lista?
—Los requisitos para mis novios.
—¡Mamá! ¡Eso era personal y privado! ¡Estaba en mi diario! —La cara de Georgia se puso
roja de rabia.
—Se cayó —explicó Claire—. De verdad. No leí tu diario. No lo haría jamás. Pero leí eso.
Georgia clavó la vista en el suelo.
—Era interesante —prosiguió Claire.
—Sí, bueno, era sólo para divertirnos. Robs y yo estuvimos hablando de eso cuando
estábamos fuera y se me ocurrió. No es nada serio.
—Ya me había dado cuenta.
—Y en realidad nunca volverás a tener un novio a pesar de lo que digas, porque todavía
estás enamorada de papá.
—¿Tú quieres que tenga un novio? —preguntó Claire.
—No lo sé. —Georgia volvió a bajar la vista hacia el suelo—. A veces creo que sería bueno
para ti, pero tal vez no para mí. Así que no lo sé a ciencia cierta.
Claire la abrazó.
—Te aseguro que no estoy buscando un novio —la tranquilizó Claire—, pero creo que saldré
un poco más con mis amigos; me parece que es una buena idea. He pasado demasiado
tiempo en casa y eso quizá puede ser un poco asfixiante para ti. Sin embargo, tienes razón,
todavía quiero a tu padre, y nadie puede sustituirle.
—Lo sé. —Georgia le sonrió—. ¿Puedo pedir pizza esta noche? Me estoy muriendo de
hambre.
—Claro —dijo Claire.
Se volvió a sentar en su tumbona y hojeó otra vez la revista mientras Georgia iba a buscar
el teléfono de la pizzería.
—Mamá. —Georgia volvió con una expresión de shock en la cara.
—¿Qué?
—Hay un mensaje para ti en el contestador. Es de un tipo llamado Gary. Quiere saber si te
gustaría ir a ver My Fair Lady con él en el Point Depot el miércoles por la noche.