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el siglo sovietico

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Stalin sin mostrarse servil. Estas lisonjas en las altas esferas son un buen

indicador de la pérdida de influencia de los miembros del Politburó y del

aumento del poder personal de Stalin. Con el tiempo, la mera firma en una

circular que contenía la resolución que había que aprobar bastaba para

adoptarla. Se habían acabado las críticas y las reservas, algo considerado

normal hasta entonces entre los jerarcas. También desaparecieron sin dejar

rastro las peticiones de jubilación, las negativas a redactar un informe o los

ultimátums para defender los intereses de una agencia en particular. Dejaron

también de circular de vez en cuando los documentos con las decisiones que

debían aprobarse. En muchas resoluciones no figura sino el sello de Molotov.

Otras las tomaban algunos miembros que visitaban a Stalin, estando éste de

vacaciones en Sochi.

En ocasiones bastaba con un telegrama de Stalin. La famosa carta en la

que anuncia la designación de Yezhov al frente del NKVD y que presagia la

caída de Yagoda, que llevaba un retraso de cuatro años en la organización de

las grandes purgas, estaba firmada por Stalin y Zhdanov. Kaganovich recibió

copia el 25 de septiembre de 1936. Por su parte, el «pobre» Yagoda, que no se

había dado cuenta de que debía haber actuado en 1932, fue ejecutado. Stalin

ejercía un poder tan rotundo que hacía que todos pasaran constantemente por

el aro. Un buen ejemplo de ello son las acusaciones contra Yagoda: es

evidente que habría sido incapaz de iniciar una gran purga en 1932 de no

haber recibido instrucciones expresas en ese sentido por parte de Stalin.

Para dominar el Politburó, aplicó el método del divide y vencerás. Por

capricho de Stalin, funcionaba en pequeñas unidades (reuniones de siete

personas, de cinco, de tres o de dos). Tan sólo se convocaba a quienes tenían

que presentar alguna cuestión, y los encuentros solían ser cenas en la dacha de

Stalin, a las que estaban invitados los considerados «amigos». Así lo cuenta

Mikoyan [2] , que explicaba que existió un quinteto en el Politburó hasta 1941

formado por Stalin, Molotov, Malenkov, Beria y él mismo, que se ocupaba de

las cuestiones de política internacional y de «asuntos operativos». Después de

la guerra, se unió al grupo Zhdanov, como haría más tarde Voznesenski.

Voroshilov, que había ingresado en él al principio de la guerra, fue apartado

en 1944.

Este núcleo, del que estaban excluidos Kaganovich, Kalinin y Jrushchov,

a quienes se habían asignado pesadas tareas administrativas ajenas al

Politburó, ha recibido el nombre de «pequeño» Politburó. La «costumbre» de

convocar a un número reducido de personas de confianza surgió en tiempos

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