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el siglo sovietico

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Existen casos de miembros del Partido que se pronunciaban de manera

evidentemente crítica. Por ejemplo: «Hoy estamos más explotados que en el

pasado. Entonces teníamos burguesía; ahora tenemos a nuestros propios

gestores». En otro caso, la célula del Partido rogaba a sus miembros que

pusieran fin a una huelga, lo que provocó esta respuesta de una obrera

comunista: «¿Qué queréis? ¿Acaso me da de comer el Partido? Hoy es

imposible sobrevivir». O una tercera reacción: «Nos están exprimiendo hasta

la última gota. Nuestros representantes sindicales intentan agradar a la

dirección de la fábrica y no prestan atención a las peticiones de los obreros».

En una fábrica de cristal de la provincia de Krasnoyark, algunos obreros,

entre cuyos líderes se encontraba un miembro del Partido, se declararon en

huelga para pedir un aumento salarial, de 42 a 52 rublos. Todos los

huelguistas fueron despedidos, posiblemente porque su número no era

importante. Cuando las huelgas alcanzaban proporciones mayores, a menudo

se satisfacían las demandas de los huelguistas.

En los astilleros Nevski de Leningrado se declaró una huelga que dos

miembros del Partido a quienes los trabajadores tenían en gran consideración

podrían haber evitado. Pero cuando la dirección les pidió que intervinieran,

ambos se negaron.

Los informes se hacen eco de las críticas de algunos miembros del Partido

a propósito de todos los aspectos de la política de éste. Veamos un ejemplo:

dos afiliados fueron a ver al secretario de su célula, dejaron sus carnets sobre

el escritorio, pagaron la cuota del último mes y anunciaron que abandonaban

el Partido: «Tu célula trabaja para la dirección; le estás ayudando a oprimir a

los trabajadores».

Los informes de la GPU sobre las campañas electorales en los sindicatos y

demás organizaciones dan cuenta de una pasividad considerable entre los

obreros, incluso entre los que eran miembros del Partido. En una ocasión en

que algunos querían abandonar una reunión, respondieron lo siguiente al ser

detenidos en la salida: «¿Por qué no nos dejas marcharnos si los miembros del

Partido son los primeros en largarse?».

También contienen los informes declaraciones antisemitas por parte de los

miembros del Partido pertenecientes al proletariado, unas declaraciones que

nos resultan familiares: «Todo el poder está en manos de los judíos», «Los

judíos se han hecho con el poder y oprimen a los trabajadores», «No hay un

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