26.05.2020 Views

el siglo sovietico

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

grado de liberalización en un futuro inmediato y, por ese motivo, se

decantaban por la dictadura. También opinaba así el tercer actor principal:

Lenin y los bolcheviques. Este paralelismo inesperado entre la valoración de

Rusia de Miliukov y la de Lenin puede resultar esclarecedor.

La descripción que Miliukov hace de los últimos días de la monarquía en

su libro de 1927, Rossia na Perelome (Rusia en la encrucijada), es tan

sombría como la que presentó el historiador soviético Avrej en un profuso

volumen sobre el crepúsculo del zarismo. Miliukov plantea en su tesis la falta

de «cohesión» entre las diferentes clases —campesinado, nobleza y clases

medias— y entre el zarismo y el resto de la sociedad [3] . De aquí deriva la

enorme fragilidad del sistema zarista, que se plasmó en la indolencia del

Estado, una tendencia a la rebelión entre los estratos sociales populares y el

pensamiento utópico de la intelligentsia. Las ideas de Miliukov —entre ellas

sus fórmulas sobre la primacía del Estado sobre la sociedad, que equivalían a

convertirlo en el único baluarte posible frente al peligro de fragmentación—

influyeron en la historiografía rusa. Aunque usaran una terminología

diferente, las ideas de Lenin y Trotski sobre la estructura social rusa presentan

ciertas similitudes con las de Miliukov; su pesimismo sobre la perspectiva de

un resultado democrático de los acontecimientos a partir de 1917 se basaba en

una perspectiva histórica: dictadura militar o caos.

Algunos textos más antiguos e inéditos de Miliukov, y recientemente

descubiertos en los archivos, explican por qué pretendía salvar la

monarquía [4] . Es evidente que lo hacía porque no consideraba que hubiera

ninguna otra alternativa aceptable en un momento en que la puerta a la

democracia estaba atrancada, justificando así su mano en aquella histórica

partida de póquer.

En principio, las «fuerzas democráticas», que se correspondían con los no

bolcheviques, o más exactamente con la izquierda antibolchevique

(mencheviques y revolucionarios socialistas), se habían comprometido con

una solución democrática. Sin embargo, ante la realidad de un país en

desintegración, algunos de sus miembros —especialmente varios ministros

del gobierno provisional— se vieron obligados, aunque sin estar demasiado

convencidos al principio, a aceptar medidas asociadas con un estado de

emergencia: control de precios, racionamientos, compras obligatorias de

cereales, envío de unidades políticas y militares para sofocar el malestar en

las zonas rurales. De manera inadvertida al inicio, pero luego

deliberadamente, muchos de estos miembros se convirtieron en adalides de un

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!