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el siglo sovietico

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opción, pero no deja de ser interesante examinar el informe presentado al

Comité Central por Andropov y por Rudenko, el fiscal general, el 11 de

octubre de 1972, que trata precisamente de cómo se llevaban a cabo las

medidas profilácticas [9] .

En el texto, se reconoce el uso generalizado de este método. Entre 1967 y

1972, se habían descubierto 3.096 grupos, y 13.602 de sus miembros habían

sido sometidos a profilaxis. En otras palabras, no se les había detenido, sino

que los habían convocado a una entrevista con un funcionario del KGB que

les explicaba el carácter equivocado de sus posturas o de sus acciones. De un

modo más bien educado, aunque sin ocultar el peligro que corrían, el agente

les aconsejaba dar marcha atrás. En 1967, el KGB se entrevistó con 2.196

personas pertenecientes a 502 grupos; en 1968, con 2.870 de 625 grupos; en

1969, con 3.130 de 733 grupos; en 1970, con 3.102 de 709 grupos, y en 1971,

con 2.304 de 527 grupos. Estos grupos, formados en general por un número

reducido de integrantes, se encontraban en Moscú, Sverdlovsk, Tula,

Vladimir, Omsk, Kazan y Tiumen, así como en Ucrania, Letonia, Lituania,

Bielorrusia, Moldavia o Kazajstán, entre otras repúblicas.

Gracias a estas medidas preventivas, la cifra de detenciones por

propaganda antisoviética disminuyó considerablemente. La mayoría de los

entrevistados abandonó sus actividades, pero otros siguieron con las tramas

que podían llevarlos a cometer un «crimen contra el Estado». Para reforzar la

acción preventiva contra todo aquel que contemplara la posibilidad de recurrir

a actividades criminales, y con vistas a eliminar de una manera más activa las

manifestaciones de elementos antisociales, los autores del informe

recomendaban que se autorizara al KGB, en caso de necesidad, a emitir

amonestaciones por escrito a dichos individuos, rogándoles que abandonaran

las actividades políticamente perniciosas y recordándoles las consecuencias si

se negaban a obedecer.

Andropov y Rudenko creían que este proceder serviría para reforzar la

sensación de responsabilidad moral de los amonestados. Si, a pesar de todo,

cometían actos delictivos, se les arrestaría, se les sometería a una

investigación preliminar y pasarían a disposición judicial para una

«evaluación de carácter».

Los autores adjuntaban para su consideración una propuesta de resolución

para el Comité Central y una propuesta de decreto para el Presidium del

Soviet Supremo, el procedimiento burocrático habitual a la hora de presentar

propuestas. A diferencia de los textos de 1962 y 1963 del KGB, en los que

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