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el siglo sovietico

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Saben que el Comité Central y el Consejo de Ministros han decidido

pasar de un sistema de campos a un sistema de colonias. Las colonias

dan un mejor resultado, pero aún quedan cosas por hacer en dicho

sistema. Por el momento, el 35 por 100 de los prisioneros están en

colonias, y el resto en campos, donde trabajan en virtud de un contrato

con diferentes agencias económicas. La tarea que se alza ante

nosotros es trasladar a todos los prisioneros a colonias. Para ello habrá

que construir, en los próximos cuatro o cinco años, unas 370 colonias.

Todo el trabajo de producción deberá recaer en los prisioneros y lo

tendrán que desempeñar en su lugar de confinamiento. [Ésta y un

sistema normalizado de remuneración tenían que ser, en principio, las

principales diferencias entre una colonia y un campo, ML]. Las 66

colonias que ya existen dan unos buenos resultados en términos de

reeducación, el objetivo principal de la reclusión, y el método

principal para lograrlo es el trabajo.

De paso, el ministro apuntó que «las colonias producen bienes de consumo

(ropa, mobiliario, utensilios domésticos, maquinaria agrícola…). Así, los zeks

consiguen ganar algo de dinero para ellos y para sus familias».

Dudorov pintaba un cuadro bastante optimista. La experiencia indicaba, y

él mismo se encargó de afirmarlo, que no había que pagar en metálico a los

prisioneros, porque muchos tendían a perder el dinero en timbas o eran

asaltados por otros prisioneros. Algunos zeks preferían el pago en especie.

Dudorov concluía el informe asegurando que el directorio y el Colegio del

ministerio confiaban en resolver este problema durante 1957 (lo cierto es que

la construcción de las colonias necesitó de varios años más).

Regresemos ahora al texto de Mishutin de 1961. En él descubrimos que la

liberalización inicial había ido demasiado lejos, que provocaba disfunciones

en el sistema y que era necesario realizar algún que otro ajuste (algo que ya se

deducía de la recomendación de Dudorov de no entregar demasiado dinero a

los prisioneros).

Las autoridades locales tenían el cometido de buscar un empleo a los que

quedaban en libertad. El 8 de diciembre de 1957, el gobierno aprobó un

decreto presentado conjuntamente por la Oficina del Fiscal y el MVD sobre

las «colonias y las prisiones de trabajo correctivo del Ministerio de Asuntos

Internos». El texto exigía la separación estricta de los prisioneros en

diferentes categorías, para evitar que se mezclaran criminales peligrosos con

delincuentes noveles, y la revisión de los procedimientos que permitían la

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