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el siglo sovietico

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tipo de intermediarios (jodatye i tolkachi) a cerrar los tratos y en busca de

materias. Por lo general, la Comisión de Control Estatal lamentaba que las

medidas y los esfuerzos que se habían hecho por reducir la «movilidad»

burocrática no hubieran dado el menor resultado [5] .

Como ya hemos visto, a los funcionarios de la administración les gustaba

regalarse tantos servicios y prebendas a costa del Estado como fuera posible.

Y también les gustaban las fiestas. Incluso en los días de penuria de la

posguerra, los funcionarios de más rango se lo habían pasado en grande. Pero

en los años sesenta, las libaciones eran más pródigas, y las fiestas, más

salvajes. Nadie trató de justificar en ningún momento que estuvieran al

servicio del bien común. La cantidad de botellas vacías consumidas por los

funcionarios a cargo del Estado hablaba por sí sola. El gobierno recibía con

regularidad cartas de indignación que condenaban este estilo de vida, y saltó

la señal de alarma. Se lanzó una campaña nacional para luchar contra el gasto

ilegal de recursos del Estado en banquetes y recepciones, y se iniciaron

investigaciones a gran escala que revelaron las dimensiones del problema.

Cualquier ocasión era buena para dar un banquete —aniversarios,

conmemoraciones, conferencias, visitas de dignatarios…— en el que se servía

vodka, coñac y vino en cantidades generosas. Las agencias de finanzas y de

control tenían material a discreción sobre estas juergas, y estaban al corriente

de que los responsables y sus contables hacían pasar esos gastos como

«gastos de producción», y de que los ministerios y los altos funcionarios

hacían la vista gorda. El Consejo de Ministros preparó un decreto que fijaba

que, en el futuro, los ministerios sólo podrían celebrar banquetes en ocasiones

excepcionales, previa autorización del Consejo o de las autoridades locales de

las repúblicas, y que en ellos se prohibía el alcohol. Toda infracción sería

duramente castigada y los culpables tendrían que pagar la multa de su

bolsillo.

El proyecto de decreto fue propuesto conjuntamente por el ministro de

Finanzas, Garbuzov, y por el presidente de la Comisión de Control Estatal,

Kovanov, después de haber presentado ante sus colegas de gobierno una

«fotografía» de tales excesos. En 1968, 6.500 empresas y agencias

gubernamentales, de alcance nacional, republicano o de distrito, fueron

investigadas, y se descubrió que más de mil habían celebrado lujosos

banquetes durante los que se habían consumido grandes cantidades de alcohol

y se habían ofrecido regalos en honor de los presentes. En Izhvesk, doce

empresas pertenecientes a diferentes ministerios habían gastado, cada una,

miles de rublos en recepciones y fiestas. Entre octubre de 1967 y julio de

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