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el siglo sovietico

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zarismo, es indicativa de la confusión que reinaba en las altas esferas. Todo

ello nos lleva a afirmar que es imposible decir que, en aquellos años, existiera

realmente un gobierno al frente de la URSS.

Cuando Stalin cayó víctima de una grave enfermedad, los miembros del

Politburó se turnaron a su lado en el lecho (o tal vez en la habitación anexa).

En cuanto quedó claro que de aquella no saldría con vida, volvieron la vista a

las cuestiones políticas. La mayoría ya estaba maquinando planes y

empezaron a moverse en busca de cargos y de aliados. Cualquiera que fuera el

resultado de aquellas múltiples combinaciones, los nuevos gobernantes

heredaban un régimen que pertenecía a una época diferente y pasada. Los

cambios se llevaron a efecto casi de inmediato, y una serie de medidas

inicialmente aisladas dieron paso a diversas oleadas de reformas.

Hablaremos de estas reformas más adelante, pero ahora es importante que

seamos conscientes de que la desaparición de Stalin abrió varias compuertas

del sistema cerradas hasta el momento, lo que posibilitó que surgiera un grupo

de líderes capaz de resucitar el régimen. Quienes estaban en las altas

instancias eran, a todas luces, «estalinistas», así que no es extraño que una de

sus primeras decisiones fuera una solución típicamente estalinista: eliminar a

uno de los suyos, Beria, así como a una cifra considerable de agentes de la

policía secreta, que fueron fusilados o encarcelados y acusados de toda una

retahíla de cargos incoherente y pergeñada a última hora.

La explicación cabe encontrarla, en parte, en la secuencia de los

acontecimientos. Stalin murió el 5 de marzo de 1953. Ese mismo día, el pleno

del Comité Central, el Consejo de Ministros y el Presidium del Soviet

Supremo decidieron, reunidos en sesión, que el MGB (Ministerio de

Seguridad del Estado) y el MVD (Ministerio de Asuntos Internos) volvieran a

fusionarse en un MVD encabezado por Beria, que también fue nombrado

viceprimer ministro. El Soviet Supremo refrendó estas decisiones el 15 de

marzo. Ese mismo día, el Consejo de Ministros designó a varias personas del

entorno de Beria y de Malenkov para diferentes cargos: Kruglov, Kobulov y

Serov se convirtieron así en los principales ayudantes de Beria, Maslennikov

fue nombrado viceministro del MVD y todos ellos ingresaron en el Colegio

del MVD, un consejo consultivo interno presente en cada uno de los

ministerios. Todavía hoy son un misterio las razones que se ocultaban detrás

de estos nombramientos, pero lo cierto es que Beria, auspiciado por su aliado

putativo, el primer ministro Malenkov, conservó un puesto de suma

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