26.05.2020 Views

el siglo sovietico

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

en las últimas fases de su historia, trató de llevar a la práctica reformas que

reflejaran una apreciación realista de la situación.

En Estados Unidos, la posibilidad de investigar en libertad, de discutir

posturas e ideas alternativas, no significaba necesariamente que se tuvieran en

cuenta los resultados. No en vano, no todo pasa por la libertad de publicación

de estudios críticos. A continuación, cabe preguntarse: ¿a quién le interesan?

Detrás de algunos análisis se ocultaban ideas sospechosas o concepciones

erróneas, investidas de un halo de verdad por el mero hecho de haber nacido

en el Mundo Libre.

Bastará un ejemplo. Un grupo de expertos que han estudiado el trabajo de

los servicios de inteligencia de Estados Unidos [1] sostiene que una

organización como la CIA, así como los círculos de poder subordinados a

ella, no acertó en la evaluación de los puntos fuertes y débiles de la URSS: no

tenía la menor idea de hacia dónde se dirigía el país. Y eso a pesar de que

tenían acceso a las conversaciones telefónicas de Brezhnev y de que era más

que probable que pudieran saber con certeza el número de misiles soviéticos.

Es evidente que la fuerza cegadora de la ideología y de la lógica del poder,

personal o imperial, y la obsesión por el secretismo, no eran exclusivas del

«Estado propagandístico» soviético, por más que su poder fuera

extraordinario y respondiera, no a los intereses del país, sino a los de los

elementos conservadores. Aun así, la capacidad cognitiva no es el monopolio

de un sistema. La guerra fría, que impulsó la innovación en determinados

campos de la tecnología, también actuó como un elemento reduccionista a la

hora de analizar la realidad global, algo a lo que sucumbió igualmente

Occidente.

Añádase a todo esto que Occidente, Estados Unidos inclusive, era presa

del «síndrome de la seguridad», con el consiguiente papel desproporcionado

que se concedía a los servicios secretos y el reconocimiento de que «todo

vale» si de lo que se trata es de cumplir con el deber: operaciones encubiertas,

alianzas con formaciones militares criminales o semicriminales, detección del

comunismo y de la subversión en cualquier lugar del planeta y en cualquier

momento, compra de medios de comunicación, infiltración en diferentes

organizaciones sociales… La obsesión por la seguridad tuvo un efecto

pernicioso en las instituciones democráticas y dio pie a una poderosa tapadera

para la consolidación de grupos domésticos antidemocráticos, que se

esforzaron por socavar la democracia estadounidense. De poco sirve pensar

que era peor el estalinismo y el terror y las cazas de brujas que lo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!