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el pensamiento, llevándolo al poco tiempo á ejecución
hasta en no acceder á la entrega de los prisioneros,
únicos rehenes que, en caso de conflicto, pudieran
servir de garantía para la libertad y salvación
de los que momentos después iban á ponerse en manos
de sus injustos agresores.
Salieron, efectivamente, de Gerona los nuevos
comisarios en número de seis, pertenecientes al clero
secular y regular, á la nobleza, á la guarnición y á
los estados populares, y se dirigieron al campo enemigo.
Pero, ¡cuál no seria su sorpresa al encontrarlo
evacuado y al saber que Duhesme, levantándolo
muy temprano, habia desaparecido con todo su ejérto
por el camino de Barcelona!
Si grande fué el alborozo de los diputados con
descubrimiento tan satisfactorio, no lo fué menos el
de la junta que vio conjurado peligro tan grave é
inminente, y el del pueblo, sobre todo, que gustaba
de un triunfo legítimo debido á su valor y al de los
nobles soldados que le habían ayudado en la defensa
de sus hogares. Los movimientos que al amanecer
habia observado en las alturas de Palau-Sacosta
y le habian parecido precursores de nuevos y más
concertados y rudos ataques, no eran más que el velo
que iba á cubrir la retirada de los sitiadores; los
recelos y temores que no podia menos de albergar
por la suerte de su ciudad, agitaban á los generales
y soldados franceses preocupados con lo largo y difícil
del camino hasta Barcelona, su plaza de refugio;
y en el inmenso júbilo de tamaña victoria abria paso
franco á las esperanzas y el orgullo con que necesitaba
prepararse á las extraordinarias pruebas que