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De manera que quien desde Palacios se dirija á Rioseco,
después de salvar unas colinas suaves que cubren
al O. la villa, encuentra á su frente el Monclin,
y después el páramo de Valdecuevas que deja
sobre su izquierda para, por un terreno suavemente
accidentado que se extiende hacia el N. del teso
y del páramo, llegar á la llanura y á los puentes que
se encuentran al frente y al pié de Medina de Rioseco.
Ni árboles, ni arbustos siquiera, impiden la vista
ni el tránsito en todo aquel vastísimo espacio, y sólo
las degradaciones causadas por la lluvia en las
faldas y laderas de los páramos forman alguna escabrosidad
en las pendientes que hay que salvar para
la subida al Monclin y Valdecuevas ó en el trayecto
de los caminos que ligan, las dos poblaciones, campo
de los beligerantes.
Tal era el terreno, cuya descripción definitiva
irán encontrando nuestros lectores en la de la batalla
de que fué teatro, y cuyo estudio sólo puede hacer
claro y fácil la inspección del plano.
Los reconocimientos dirigidos por el duque de
Istria hacia el caminode Valladolid, habian desorientado
completamente á los generales españoles. En
concepto de Cuesta, Bessiéres, que habia comprendido
el plan que los llevaba ájjaquella capital, proyectaba
estorbarlo interponiéndose entre ellos para
dividirlos, si perseveraban en su marcha, y obligarles
á retrocederá batirlos si se atrevían á resistirle
en terreno tan favorable para sus armas. Una vez
concentrado el'ejército en Rioseco, cuando se tenia
tiempo para haberse reunido en Valladolid á espaldas
del Pisuerga, en posición que sólo el ardor,beli-