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tropas veteranas, habia cubierto las numerosas bajas
de los regimientos y formado nuevos cuerpos con el
alistamiento general que llevaba á la guerra la juventud
toda de Castilla; susurrábase la marcha de
los sublevados de Galicia, Asturias y León; no esperaba,
por fin, grandes refuerzos de Francia, cuya
frontera carecía ya de toda clase de recursos militares;
así que el mariscal Bessiéres, preocupado tan
sólo con los enemigos más próximos y, en su concepto,
más temibles, reconcentró sus tropas para hacer
emprender á una gran parte de ellas el camino
de Valladolid. Mcrle recibió la orden de retroceder
de Reinosa, á donde habia llegado al tiempo mismo
que Verdier á Logroño, y marchar al encuentro de
Lasalle que salia el día anterior, esto es, el 5 de Junio,
en dirección de Palencia.
Por más que repugnara á Napoleón el movimiento
retrógrado de Merle, creyendo muy perjudiciales
esta clase de operaciones en una guerra como la que
se iniciaba en aquellos momentos, y porque consideraba
deberse empezar por la toma y escarmiento de
Santander que haria impotente Ja sublevación de
Valladolid y la de toda Vizcaya, inminente en su
concepto; Bessiéres, bien informado de cuanto pasaba
á su frente y á sus flancos, escogió el camino
mejor y más seguro. De los paisanos de Santander no
debia temer un movimiento envolvente que pusiera
en peligro su ejército; pero, si daba tiempo á la
reunión de las tropas que venían de Galicia con las
de Asturias y las que se apresuraba á organizar la
Junta de Castilla, el general Cuesta podría dirigirse
á Burgos y separado, como le hallaría de Merle y de