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general Castaños con las tropas que todas las noticias
hacian suponer el núcleo y la mayor parte de
las que iban á combatirle, no podia Dupont verificar
una empresa como la de Jaén ó apoyarla convenientemente,
¿á qué papel iba á reducirse cuando, campando
aquellas en frente, unieran su acción á la del
ejército de Granada y á los voluntarios que de todas
partes acudían á arrojar al extrangero del suelo patrio?
Y en tal concepto, ¿cómo no preveía los peligros
de su posición y se replegaba á donde, concentrando
sus medios, pudiera resistir con fortuna y, cuando
no, retirarse con seguridad al otro lado de los montes
á ponerse en contacto con los demás ejércitos franceses
que operaban en el centro de la monarquía?
¡Ni las instrucciones repetidas de Savary ni las instancias
que Vedel le hacia á cada momento, manifestándole
los peligros y las dificultades de su posición,
arrancaban de ella al que parece que la fortuna
de España cegaba con el orgullo y vana confianza!
Castaños a van- El general Castaños habia emprendido la marcha
aa sobre An- a e g¿ e Córdoba COn las precauciones que no podia
duja
'* menos de dictarle la inmediación de un enemigo que
llevaba por toda Europa la fama de invencible. No
sólo iba recogiendo las fuerzas todas que encontraba
á su paso y llamando á sí las que sabia se organizaban
en las poblaciones más próximas de Andalucía,
sino que, inspirado por un sentimiento fundadísimo
de prudencia, elegía los caminos más propios para >
llegar al enemigo sin contratiempo alguno. El choque
más insignificante en otra ocasión, pero desgraciado,
podia influir en aquella tan eficazmente que
hiciese estéril en un momento todo el trabajo que