m - DSpace CEU

ciones ni á las de Vedel. Bastante conseguir fué el
que se autorizara á Vedel para retirarse, cuando,
como era de esperar, aquella resolución podia producir
la ruina total de las divisiones vencidas y la
propia suya. Y efectivamente, no habia hecho el
general Vedel más que ponerse en marcha y ya iba
á llevarle un ayudante de campo la orden de volver
á sus anteriores posiciones. Sin atender á ella, prosiguieron
su retirada las divisiones y aun llegaron
á Santa Elena el 21 á mediodia, marchando con alguna
mayor precipitación que dos dias antes lo hacían
al campo de batalla; pero las detuvo allí otra
orden más terminante, más imperiosa, exigida por
los generales Castaños y Reding que, no satisfechos
con hacerla obedecer, destacaron la división Coupigni
á los pasos de la sierra para con su ocupación
quitar á los franceses toda esperanza de salvarlos (1).
Dupont, acusado de perfidia y comprendiendo
(