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aparecían de la vista, de la ciudad para acogerse á
su campo, entraba por la puerta del Ángel el general
Palafox, saludado calurosamente por los zaragozanos,
cuyos vítores se confundian en armonía singular
con el estampido de las bombas que reventaban
sobre sus cabezas. Seguían á Palafox unos 1.300
infantes y 60 caballos, refuerzo exiguo en cuanto al
número para circunstancias como las en que se
encontraba Zaragoza en aquellos momentos, pero
eficaz si se considera que era de tropas de línea, tan
escasas hasta entonces, (1) y poderosísimo por el ardor
y el entusiasmo que producía siempre la presencia
de su ilustre jefe.
Comprendiéndolo así el Marqués de Lazan al
comunicar á su hermano los temores que abrigaba
de un bombardeo próximo, le habia instado para que
acudiese á Zaragoza con todas las fuerzas que pudiera
reunir; recomendándole, sobre todo, y á la vez
que la junta suprema, su asistencia, por lo deseada
(\) En un opúsculo inédito, anotado por el general Palafox, se
calcula en 8.070 hombres útiles la fuerza existente en 1,° de Julio,
clasificándola así:
Artilleros y paisanos agregados á su servicio 250
Soldados veteranos desertores de varios cuerpos y agregados
á los nuevos 700
Paisanos aragoneses de la tierra baja, otros partidos y de
Zaragoza, alistados con armas formando cuerpos ó compañías
sueltas 3.500
Los vecinos que no hacían servicio diario y acudían al paraje
atacado de que resultaba hacer servicio de cuerpo
de reserva 2.000
De caballería habia '. 170
Además habia armados con chuzos, que hicieron muy
buen servicio, y reemplazaban los muertos de armas; y
maestranza y peonaje para los trabajos en abundancia.. 1.500
TOTAL DE HOMBRES 8.070