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el claro mismo que habían aprovechado los cazadores
de Lasalle para ganar el páramo y se dirigía á
acometer la derecha de Cuesta, ínterin Mouton caminaba
á envolver su izquierda. Exento de temor del
lado de la montaña, Bessiéres hizo establecer en el
declivio inferior una batería de la Guardia, frente á
frente y á corta distancia de la división gallega.
Nuestra artillería corre á su vez con el regimiento
de Lugo y los zapadores que la escoltaban, á tomar
puesto en una ondulación suave próxima á la derecha;
pero, entretanto, los granaderos del ejército (1)
con los tiradores y Santiago en reserva sobre su dev
recha y los demás regimientos de la línea sobre su
izquierda, calando la bayoneta y dando al aire el
grito de «¡Viva el Rey!» se lanzan á arrancar del poder
de sus enemigos aquellos cañones que los azotan
con su fuego. Nada les detiene en su marcha arrebatada:
la batería enemiga no cesa de vomitar fuego
con la violencia con que siempre lo hace la artillería
francesa; los fusileros de la Guardia, encargados de
su custodia, secundan la acción de las piezas con la
de sus propios fusiles; pero, considerándose impotentes,
ceden todos el terreno á nuestros granaderos
que se apoderan de aquellas en medio de la algazara
que naturalmente produce una victoria tan importante
y gloriosa. Los granaderos y cazadores á caballo
que observan el desastre de sus camaradas de la Guardia,
corren entonces á vengarlo y aunque reciben las
descargas que les hace nuestra artillería, ya empla-
(1) Los granaderos del ejército estaban constituidos por las dos
compañías del regimiento del Príncipe, dos de Toledo, dos de Navarra,
dos de Sevilla y dos de Ñapóles.