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los aprestos que se verificaban en Sevilla y Granada,
producían en los pueblos de la alta Andalucía una
exasperación imposible de contener en los límites
del entusiasmo militar. Las montañas próximas á
Despeñaperros pululaban de partidarios, amenazando
constantemente interceptar aquel célebre y tenebroso
desfiladero; no habia casa de postas sobre la
que se dejase de ejercer una vigilancia exquisita, y
ni los militares franceses en marcha, ni los pequeños
destacamentos apostados para la seguridad de los
correos, ni los hospitales, en fin, del tránsito, estaban
seguros de una emboscada, un ataque nocturno
ó un asalto formal en la línea de operaciones del
ejército francés.
Santa Cruz de En Santa Cruz de Múdela, un destacamento de
Mudda. m¿[ s ¿ e 400 hombres, destinado á la custodia de un
convoy considerable de galleta para el ejército, habia
sido sorprendido por los naturales que, después
de matar 3 oficiales y 115 soldados, arrojaron á los
demás del pueblo.
Valdepeñas. Esto sucedía el 5 de Junio y, al dia siguiente,
una gruesa partida de convalecientes que el general
Roize conducía desde Toledo y á la cual se habia
unido el resto de aquel destacamento, no pudo cruzar
la villa de Valdepeñas, levantada también contra
los franceses. Pero llama Roize en su auxilio al
general Liger Belair que con unos 500 caballos ligeros
habia sido destinado á conservar en Madridejos
y Manzanares las comunicaciones del cuerpo de observación
de la Gironda con Madrid y, reunidos en
la mañana del 7, tratan los dos de imponer un fuerte
castigo á la población rebelde. La ancha calle que