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El general Ducos encontró en el Escudo alguna
resistencia que al principio no pudieron vencer sus
soldados, al empeñarse en ganar la empinada cumbre
de la cordillera. Pero, al cargar de nuevo, halló
abandonadas las posiciones de los españoles que,
avisados de la derrota de sus compañeros de armas
en Lantueno, se retiraron valiéndose, para hacerlo
sin ser vistos, de la densa niebla que cubría aquellas
montañas. Sin resistencia después, el general
Ducos descendió á lo largo del Valle de Pas y en la
mañana del 23 se avistó con Merle para juntos penetrar
en la ciudad, al tiempo mismo en que se
reembarcaban las guarniciones de algunos buques
de guerra ingleses que habian saltado en tierra para
reventar ó clavar las- piezas que defendian la bahía
en que se hallaban surtos.
Entra en ia Santander se sometió sin resistencia á Merle,
ciudad. quien, en consideración á la conducta noble que
habian observado los habitantes para con los franceses
en la época del alzamiento, se contentó con
imponerles una fuerte contribución y hacerles prestar
el juramento de fidelidad al nuevo soberano,
castigo el más suave que conocían los delegados de
Napoleón y de cuantos éste les recomendaba.
Ei general Le- Mientras Lasalle y Merle llevaban á cabo la mifebvre
sale sion de restablecer la autoridad francesa en Valladode
Pampío- ||j v s antander, el general Lefebvre Desnoéttes encion
á Zara- contraba para ejecutar en Aragón los planes del
goza. Emperador, dificultades muy serias y obstáculos
casi insuperables. Reunida en Pamplona una división
de 3500 infantes, 1000 caballos y 6 piezas de
campaña, Lefebvre emprendió el 6 de Junio el ca-