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»destacamento enemigo establecido en Bailen, im-
»pida su reunión con el cuerpo de Andújar, y dejan-
»do el grueso del ejército sin retirada, lo ponga en
»el caso de rendirse ó batirse con desventaja, tan conocida
cual puede deducirse de nuestro mayor nú-
»mero de tropas (1).»
La inspección del mapa, el más ligero conocimiento
de aquel terreno, hacen comprender al instante
lo peligrosísimo de tal proyecto. El ejército
español, cuya superioridad, si es que puede reconocerse,
consistía en la del número de sus soldados,
se dividía para acometer á un enemigo que se suponía
concentrado en una posición respetable, pues
que estaba resguardada en uno de sus lados por el
Guadalquivir. ¿Cómo explicar ésta que bien pudiera
calificarse de temeridad ó de exceso de confianza?
Se sentía en el ejército una gran efervescencia,
un deseo ardiente de pelear con los franceses en una
grande y decisiva batalla. Por más que la junta suprema,
al publicar las Apuntaciones, hubiese tratado
de imbuir la idea de lo conveniente, hasta indispensable,
de no comprometer una acción general
con las aguerridas tropas de sus enemigos; por más
que Castaños y los demás generales sintieran la necesidad
de endurecer primero á sus soldados con las
fatigas y acostumbrarlos al fuego y á las maniobras
en una campaña puede decirse que preliminar, las
tropas, animadas con el movimiento retrógado délos
franceses, creían, con dilatar el ataque, dar á és-
(4) Véase el apéndice uum. 13 que contiene este importantísimo
documento.