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vuelto á establecer una batería formidable; pero no
desmayarían en la defensa de sus solares, y en ellos
serian invencibles.
Si Verdier necesitaba un estímulo más para emprender
las operaciones del sitio por el método lento
y sistemático que le habrían aconsejado sus propias
ideas y el escarmiento de su predecesor en el mando,
lo encontró en la tarde del 27, en que pudo ver la retirada
de sus tropas ante un enjambre de paisanos
que, aún impresionados por la voladura de sus municiones
y por la desgracia de tantos y tantos de- sus
conciudadanos, tuvieron bastante valor y fuerza suficiente
para vencerle en su primera tentativa contra
la ciudad heroica que habia de causar su ignominia
en aquella campaña.
AtaquedeTor- El dia 28 mandó, pues, sus columnas al ataque
rero. a e Torrero. Una de ellas se dirigió por el cajero del
canal á la batería de Buena-vista, con el objeto de
asaltarla de frente: otra tomó la vuelta del camino
de Cuarte y se presentó frente al puente de América;
y la tercera, en fin, cubierta con los olivares, se
corrió por la izquierda del Huerva, amenazando cortar
la retirada á los defensores de la posición. Acompañaban
á las columnas algunas piezas de campaña
y varios escuadrones de lanceros polacos para darlas
fuerza y aprovechar sus ventajas. Y á fin de impedir
todo socorro por parte de la ciudad, la batería establecida
en la Bernardona, compuesta de un mortero
y 2 obuses de á 12 y 8 pulgadas respectivamente y
otros 2 cañones largos de á 8, rompió el fuego contra
Zaragoza, y una nube de tiradores aparentó un ataque
vigoroso á las puertas y edificios inmediatos.