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mientras las demás lo abandonaban en hora á propósito
para llegar á Épila cuando las sombras de la noche
sirvieran á favorecer un ataque repentino é inesperado.
El éxito correspondió á lo acertado del pensamiento
y á la habilidad desplegada en la ejecución
de la empresa. Lefebvre entretuvo á los zaragozanos
todo el dia 23 con la presencia de sus avanzadas y
el brillo de las hogueras en el campamento, y el 24
con varios ataques parciales, pero con el aspecto de
serios é intencionados. Salió en todos ellos vencido,
lo mismo el 23 en que sus descubiertas fueron repelidas
y conquistada la Casa blanca, que el 24 en la
torre de la Bernardona, donde los franceses estuvieron
largo rato haciendo fuego con dos piezas contra
la ciudad, en la de Santo Domingo, de la que fueron
desalojados con pérdidas considerables, y en Torrero,
por fin, que se mantuvo oponiendo un vivo cañoneo
al de la artillería enemiga. Pero Lefebvre logró su
objeto, el de ocultar la marcha de parte de sus tropas
á Épila, y tan completamente, que después del
ataque de la Casa blanca en la noche del 23, avisaban
los zaragozanos á Palafox la retirada de los franceses
hacia Alagon, á la hora misma en que andaba á las
manos con ellos.
Efectivamente; serian las nueve y media de la
noche cuando el coronel Khlopiski se presentó en
las inmediaciones de Épila con el primer regimiento
del Vístula, un batallón del 15 de línea, un escuadrón
y alguna pieza de artillería. Ignorantes los soldados de
Palafox de la aproximación de los frauceses, por haber
sido sorprendida y presa una fuerza de dragones