m - DSpace CEU

Con tal conducta, la ira crecía sin medida en el
ánimo de los catalanes que corrían á aumentar las
filas de los Miqueletes y somatenes; progresaba la
deserción en proporciones que. pronto acabarían con
los soldados españoles de la guarnición de Barcelona,
sordos, ios ya fugados, á órdenes que, como la del 28,
los exortaban á volver á sus cuerpos; y cada dia y
cada noche los pueblos inmediatos eran teatro de
sorpresas, de ataques y emboscadas, de venganzas y
de incendios, de desolación, en fin, y de sangre.
Las victorias del Bruch y las providencias de la
junta de Lérida, iban al mismo tiempo produciendo
en la Montaña mucho entusiasmo y alistamientos
infinitos. No llegarian éstos al número de 40.000 que
se habian propuesto los patriotas del Urgel, para
cuyo armamento y subsistencia no habia recursos;
pero cada atropello de los franceses y cada acción
feliz de los voluntarios harían crecer la cifra de los
defensores de la buena causa hasta que fuesen suficientes
á mantener la tierra ilesa é inexpugnable.
La orilla derecha del Llobregat estaba ocupada por
los vencedores del Bruch; y aun cuando escarmentados
con las crueldades cometidas el 10 en San Boy.
se fortificaban en todos los accidentes en que cupiese
defender el paso del rio. El mismo San Boy, Molins
de Rey y Martorell «estaban defendidos, dice el Coronel
Gabanes, con artillería que se habia enviado
>>allá de diferentes plazas de la provincia;» y no se
encontraba vado ni altura que le estuviese contrapuesta
en que no se observaran puestos españoles
atalayando la otra orilla y campos inmediatos.
Pero tales posiciones no admitían comparación al-