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sistema perseverante, pudieran crear una gran fortuna.
No anduvieron más escrupulosos otros varios
jefes y oficiales en sus respectivos alojamientos; de
modo que el secuestro de ios fondos y depósitos públicos,
las fuertes contribuciones que impuso Dupont
á la ciudad y particularmente á sus moradores, las
exacciones de los jefes y el pillaje de ia soldadesca,
constituyeron un sacrificio inmenso que, aunque no
lo ultrajante y doloroso que la deshonra y la muerte
para los cordobeses, produjo en la ciudad, en la provincia,
en la monarquía toda, una explosión de ira
que habia de herir á las clases todas del ejército francés
que habia disfrutado de él.
Inútil que al dia siguiente Dupont restableciese
la disciplina en las tropas situándolas en campamentos
próximos á Córdoba y apelando á los sentimientos
de humanidad y á la cultura proverbial
de sus subordinados; si las violencias de la soldadesca
duraron sólo veinticuatro horas, «el saqueo se
»metodizó, dice un testigo presencial, haciéndose
»por comisionados, sin suspenderse hasta el dia 16
»en que se fueron los franceses.»
La injuria, de todos modos, los atropellos y los Efecto de ios
asesinatos cometidos la víspera, eran demasiado bo- atropellos
chornosos y crueles para perdonarse; y en Andalucía en Córdoba
no se escuchó más que un grito, el de la venganza, poriosfraná
cuyo eco se levantó la tierra toda en derredor de ceses,
ios franceses decidida á exterminarlos. Los pueblos
de la Sierra se alzaron unánimes en armas para interceptar
las comunicaciones del ejército francés con
las Castillas; Jaén reunió un cuerpo numeroso de
tropas que, con la esperanza de un pronto auxilio de