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Francia. Efectivamente; mientras se le incorporaban
el regimiento 1.° del Vístula, el 6.° batallón de marcha
y un convoy de artillería que hicieron elevar
su fuerza á la de 5.000 infantes, 1.000 caballos y
14 piezas, se ocupó, además del restablecimiento
del puente, en desarmar el país vecino, exigirle un
número inmenso de raciones y preparar alojamiento
seguro y cómodo á un batallón y 50 caballos que
iba á dejar en Tudela.
El marqués de Lazan que, temiendo ser envuel- Acciones de
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to y caer tal vez en poder del enemigo, se habia " >'
retirado de Tudela al apoyo de las compañías de * r
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Obispo, situadas en una altura próxima, se dirigió
al Bocal entre los gritos y las amenazas de sus mismos
soldados. Pero reflexionando allí sobre su situación
militar y calculando la imposibilidad de continuar
defendiendo hasta Zaragoza un terreno casi
todo llano y expuesto, de consiguiente, á la acción
de la caballería enemiga, se resolvió á embarcarse,
no sin el temor de que los franceses, si acudían
pronto, inutilizaran el servicio del canal. El espectáculo
de sus compatriotas huyendo en un completo
desorden por la carretera inmediata y campos vecinos
al canal, sin que los consejos ni las órdenes de
sus oficiales consiguieran tranquilizarlos, le impulsaban
á no cesar la marcha hasta Zaragoza; pero
encontrando varios destacamentos de tropas que su
hermano le enviaba según se armaban y adquirían
algunos rudimentos de instrucción militar, se decidió
á desembarcar en Alagon, donde con ellos y dos
compañías de fusileros que le traia el coronel Don
Antonio Torres, logró contener la fuga de sus sol-