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etirada del ejército francés. Sólo á las dos de la
mañana del 19 la supo el general en jefe por dos
paisanos que se presentaron en su vivac, y la necesidad
de cerciorarse de noticia tan importante y las
precauciones indispensables para reconocer el puente
que se creia minado, y despejarlo, después, de los
obstáculos que dificultaban su paso, exigieron tanto
tiempo, que las tropas puestas sobre las armas desde
las dos no pudieron hasta las ocho cruzar el Guadalquivir
y penetrar en la ciudad.
La división de reserva que iba á la cabeza formó
inmediatamente en la carretera y, reforzada con algunos
cuerpos de la 3. a
, emprendió la marcha en
escalones y con toda la velocidad posible, llevando
su comandante general la orden de «que sí, como era
»de esperar, hallaba al enemigo empeñado con la
»l. a
y 2. a
división, disparase á distancia proporcionada
cuatro cañonazos para asegurar al general
»Reding de su inmediación, y procediese desde luego
por su parte á atacarlo.» La 3. a
división quedó por el
momento en Andújar con el cuartel general «para
»dar tiempo, continúa el ayudante general de in-
»fantería cronista también de aquellos sucesos, á to-
»mar el intervalo conveniente.»
La de reserva avanzaba, con efecto, rápidamente.
La caballería y la artillería marchaban por la carretera,
y la infantería, dividida en dos secciones, iba
por los flancos, así para no estorbarse las armas como
para que en todo evento se hallara la división concentrada
y en estado de combatir inmediatamente
que avistase al enemigo. La marcha fué penosa por
lo rápida y por el excesivo calor y. falta de agua, que