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Ya se encontraba al frente de ellas el cuerpo volante
de D. Juan de la Cruz Mourgeon, que precedía
siempre al de vanguardia regido por el marqués de
Coupigni.
. D. Juan de la Era Mourgeon oficial de no escaso mérito, que
Cruz llour- habia prestado servicios importantes en las guerras
de la República y de Portugal, y acababa de organizar
é instruir en quince dias los Tiradores de
Cádiz, uno de los mejores batallones de aquel ejército.
Al frente siempre de las guerrillas, habia manifestado
tanto ardimiento y perspicacia militar en
el ataque de un puesto como tenacidad y acierto en
la defensa de los varios cuya guarda le confiaban
sus jefes, seguros de que no habia de presentárseles
sino cubierto de trofeos ó de heridas. En aquella
misma campaña, según hemos tenido ocasión de manifestar,
habia dado ya Mourgeon muestras de su
valor y pericia en las pequeñas operaciones de la
guerra, no perdiendo de vista nunca á los franceses,
acosándolos sin cesar, lo mismo á su frente que sobre
sus flancos y hacia sus comunicaciones con Castilla.
No hacia muchos dias, el 23 de Junio, que habia
descubierto un destacamento francés junto á la casa
de postas de Santa Cecilia, no lejos de Arjonilla, y
lanzándole su vanguardia, que consistía en una
veintena de caballos de Olivencia y Borbon, le habia
muerto 17 dragones y le habia aprisionado otros
4 heridos y 15 caballos. Una gran guardia de que
dependía el destacamento francés habia querido to­
nada. El general Escalante vio á Castaños en El Carpió y tuvo con
él una larga conferencia sobre el misino asunto y sobre las operaciones
sucesivas de las tropas del mando de uno y otro.