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las que se estaban organizando en Granada, se dispuso
á aislar completamente á Dupont, y en Andújar
y los pueblos comarcanos no hubo hombre hábil
que no se presentara á ofrecer su cooperación contra
los invasores.
El alcaide de Distinguióse entre los demás pueblos de la provin-
Mootoro. cialaciudad deMontoro que,hirviendoenentusiasmo,
habia dado al ejército de vanguardia más de 1.400 peones
y cerca de300 caballos, con los pertrechosy socorros
más indispensables para entrar inmediatamente en
campaña, lo cual le habia valido atropellos y robos rigorosísimos
al penetrar en ella un cuerpo de los del de
Dupont. Al continuar éste su marcha áCórdoba, habia
dejado un destacamento de 70 hombres con la misión
de guardar el puente, muy importante para asegurar
las operaciones del ejército francés en la derecha
del Guadalquivir y mantener algunos molinos que
proveían al racionamiento de las tropas en aquellos
dias. El alcalde, D. Juan de la Torre, al saber el
ataque de Alcolea, concibe el proyecto de apoderarse
de aquei destacamento y, reuniendo y animando
á algunos de los pocos habitantes hábiles que hahabian
quedado en la población, los dirije al puente
y logra sorprender la guardia, compuesta de unos 25
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soldados franceses. Rendidos éstos y sujetos, ar-
mala Torre su gente de los fusiles que acaba de
conquistar con puñales y varas; sube á la villa, sorprende
también el alojamiento de los demás franceses,
cuyo capitán estaba paseando tranquilamente
en las inmediaciones, y pocos momentos después
encamina á la sierra todos sus prisioneros para dirigirlos
á Granada con los muchos suizos que aban-