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hacer rostro al enemigo en pequeños combates, desiguales
á su favor por el número, las posiciones y las
circunstancias de la pelea. Y estos ensayos que tanto
levantan el espíritu, esa experiencia que prepara
para las grandes batallas, se la proporcionó á los
soldados españoles el errado sistema de operaciones
que usó Dupont en la campaña de Andalucía. En vez
de aprovecharse de la inferioridad militar en que indudablemente
se encontraban sus adversarios, dando
un goipe decisivo á cualquiera de los dos ejércitos
que iban á verificar su unión al frente del francés,
no sólo se empeñó en mantenerse á la defensiva,
cuando sólo podia hacerse algunas leguas más á retaguardia,
sino que obligado, por su misma posición
y por las condiciones del territorio en que operaba,
á fraccionarse para observar las avenidas todas por
donde podia ser flanqueado y hasta envuelto, presentó
blanco vulnerable y ocasión de ejercitarse á
sus enemigos. La escasez de víveres, por otra parte,
le hacia buscar en la diseminación lo que impedían
llegar á su campo la insurrección de la Mancha, la
falta de trasportes y la premura misma con que se le
enviaban los refuerzos que en sus marchas extraordinarias
no podían llevar consigo más que las propias
armas que necesitaban para abrirse un camino que á
cada instante se iba cerrando más y más á ellos. Con
esto, los españoles conocedores del terreno, siempre
en posición de concentrarse á su espalda en comarcas
amigas y no saqueadas todavía, podían empezar
la campaña con acciones parciales y prepararse así
á una decisiva, cual su anhelo patriótico y su impaciencia
guerrera les hacia desear.