m - DSpace CEU

ía de la presencia de los coraceros, una mitad de
quienes quedó mordierdo el polvo al frente de aquellas
piezas tan reciamente disputadas. (1)
La configuración del terreno que se dilataba por Combate en la
nuestra derecha, ofrecía un peligro constante á las
tropas que el brigadier Venegas gobernaba en el
cerro Valentín y cañadas inmediatas. El anfiteatro
cada vez más eminente que, envolviendo á Bailen
por el Setentrion, va sucesivamente extendiéndose
hasta alcanzar la sierra vecina, presenta posiciones
que nuestro ejército no debia ocupar para no hacer
demasiado dilatada su línea de batalla, pero desde
las que podia ser envuelto. Por más que el barón de
Montagne vigilase aquellas posiciones con sus guardias
Walonas y las partidas de guerrillas cuyo mando
ejercía, cada destacamento francés que apareciese
en ellas y cada maniobra que la línea enemiga
dirigiera para ocuparlas, habian necesariamente de
producir en la derecha de la nuestra una grande
ansiedad y movimientos en que alguna vez podría
ser sorprendida y derrotada. Reding pensó, pues,
que maniobrando por su derecha para acercarse al
(