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»montañeses habituados á la caza de cabras salva-
»jes.>- (1)
Claros no habia descansado, con efecto, en la noble
tarea de no dar á Reille respiro siquiera para
.pensar en la de abrir sus comunicaciones con Barcelona.
La expedición á Rosas con fuerzas muy considerables
de infantería y caballería dio por resultado
la vergüenza de tenerse todas ellas que acoger á
Castellón de Ampurias á favor de las sombras de la
noche, y la de retroceder el dia siguiente, 12 de
Julio, á Figueras con pérdidas muy importantes en
muertos, heridos y prisioneros. Alfredo de Noailles,
edecán del príncipe de Neufchatel, con órdenes para
el general Reille, y el príncipe de Salm, procedente
de Figueras, debían cruzarse el 14 en el camino de
Francia; pero los dos cayeron en poder del capitán
Barris apostado por Claros en las montañas que atalayan
la carretera. Por fin el dia 21 era sorprendido
al pié del Monroig por los capitanes Barris y Damon,
subalternos de Claros, un convoy considerable que
se dirigía al castillo de San Fernando y que, después
de un reñido combate con su numerosa escolta,
caia en poder de nuestros migueletes y somatenes,
los cuales, á los pocos dias de su patriótico alzamiento,
así usaban de la bayoneta como del fuego para
con sus aborrecidos enemigos.
(1) La juventud de los soldados franceses ha servido a Mr. Thiers
para explicar la mayor parte de los reveses sufridos por sus compatriotas
en aquella primera campaña. Se nos ocurre, sin embargo,
en esta ocasión, que al tratar de la formación de aquel cuerpo,
dice el mismo Thiers que se componía de los dos excelentes batallones,
4.° y 2.° provisionales de Perpignan, y de suizos y montañeses
del Pirineo, tan trepadores, suponemos, como los nuestros.