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de apoyarse con nuevas fuerzas que no se distrajeran
en otro destino por importante que fuese. El
duque de Róbigo, se decidió, pues, á desprenderse
de algunas tropas, por necesarias que las considerara
á su inmediación; y, llamando á sí las establecidas
en Cuenca á las órdenes del general Colaincourt,
dirigió á Madridejos la división Gobert del
cuerpo de Moncey para que hiciese las veces de la
3." del de Dupont, estacionada, según ya hemos
dicho, en San Clemente.
Gobert iba á formar el lazo de unión entre el
cuartel general y el ejército de Andalucía. Desde el
momento en que se estableciese en Madridejos, las
comunicaciones estaban aseguradas, los convoyes
podrían verificar su marcha con toda regularidad, y
cuando Dupont encontrase la ocasión de vencer y,
con ella, la de marchar adelante, podría llevar á su
retaguardia quien apoyara su movimiento, cubriera
sus bajas y tuviese expedito el camino de su retirada.
Ni aun bastó esto para que Savary quedase tranquilo
respecto á la situación en que consideraba á los
expedicionarios de Andalucía; y, al dar á Gobert la
orden de marcha, le hizo portador de instrucciones
ya terminantes y categóricas. Decia en ellas á Dupont
que la división Gobert marchaba para apoyar
su retirada, no para proteger ninguna operación
ofensiva que le prohibía terminantemente, así como
el llamar á sí aquella división si no veia comprometida
la seguridad de las otras dos (1).
(\) Memorias del duque de Róbigo.