29.03.2013 Views

Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Ahora que la muchacha ya no le gustaba tanto, Johnny Fontane sintió un gran<br />

alivio. Bebió un sorbo del licor que tenía en el vaso y contempló el océano.<br />

– Espero que no estés disgustado, Johnny –dijo la chica–. Sospecho que no sé<br />

estar a la altura de las circunstancias. Supongo que en Hollywood una chica se<br />

entrega con la misma facilidad con que se da un beso de despedida. Todavía<br />

no estoy acostumbrada.<br />

Johnny sonrió y le acarició la mejilla. Luego, con mucha discreción, bajó el<br />

vestido de Sharon hasta cubrirle las bien torneadas rodillas.<br />

– No estoy disgustado –dijo–. Me encanta encontrarme con una muchacha<br />

anticuada.<br />

Lo que no le dijo fue el alivio que sentía; afortunadamente, no tendría que<br />

interpretar el papel de gran amante, evitando así la posibilidad –por otra parte<br />

muy grande– de defraudar a la chica. Además, se ahorraría tener que<br />

aparentar, como en la pantalla, que era la encarnación de una bella imagen.<br />

Bebieron otra copa, intercambiaron algunos fríos besos, y luego Sharon decidió<br />

que debía irse.<br />

– ¿Puedo invitarte a cenar alguna noche de éstas? –dijo Johnny<br />

educadamente.<br />

Sharon se mostró absolutamente honesta.<br />

– Sé que no interesa perder el tiempo. Gracias por la maravillosa velada de<br />

hoy. Algún día podré contar a mis hijos que un día cené con el gran Johnny<br />

Fontane, a solas en su apartamento.<br />

– Y podrás decirles también que no ocurrió nada –dijo Johnny.<br />

Ambos se echaron a reír.<br />

– No me creerán –replicó Sharon.<br />

Johnny siguió la broma:<br />

– Si quieres, lo certifico por escrito.<br />

La muchacha dijo que no, y Johnny Fontane prosiguió:<br />

– Si alguien duda alguna vez de tu honestidad, llámame. Yo les diré que te<br />

estuve persiguiendo por mi apartamento, pero que tú supiste guardar tu honra.<br />

Se dio cuenta de que había sido excesivamente cruel cuando vio en el rostro<br />

de Sharon una expresión dolorida. Le estaba diciendo, lisa y llanamente, que<br />

no había insistido mucho. Johnny acababa de robarle el dulce sabor de su<br />

victoria. Ahora la muchacha creería que era su falta de atractivo lo que le había<br />

dado el triunfo. Y cuando hablara de cómo había sabido resistir a los encantos<br />

de Johnny Fontane, tendría que añadir: “Claro que Johnny no insistió mucho”.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!