29.03.2013 Views

Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

de reincorporarse al trabajo. A tal punto llegaban la simpatía y la comprensión<br />

de Don Corleone.<br />

Fue por entonces que el Don se convenció de que él sabía dirigir su mundo<br />

mucho mejor que sus enemigos el suyo, creencia ésta alimentada por el hecho<br />

de que mucha gente pobre del vecindario acudía a él en busca de ayuda. Le<br />

solicitaban de todo: recuperar la paz conyugal, encontrar un empleo para el<br />

hijo, sacar a alguien de la cárcel, obtener un pequeño préstamo, interceder<br />

ante propietarios que pedían alquileres muy altos a inquilinos sin trabajo...<br />

Don Vito Corleone ayudaba a todos. Y no sólo eso, sino que lo hacía de buen<br />

grado. En consecuencia, cuando estos italianos tenían que votar en las<br />

elecciones municipales, o cuando se trataba de elegir a los representantes del<br />

estado en el Congreso, se dejaban aconsejar por su amigo el Padrino. Así fue<br />

como Don Corleone se convirtió en una figura política a la que consultaban los<br />

jefes de los partidos y cuyo poder fue consolidándose y aumentando gracias a<br />

su penetrante visión del futuro. Pagaba los estudios a una serie de muchachos<br />

brillantes, pertenecientes a familias italianas sin recursos, que al cabo de unos<br />

años se convertirían en los abogados, fiscales y jueces de la ciudad. Don<br />

Corleone preparaba el futuro de su imperio con el mismo cuidado con que lo<br />

haría un gran político.<br />

Cuando se derogó la Prohibición, el imperio del Don habría sufrido un duro<br />

golpe si no hubiese sido porque Vito Corleone había tomado sus precauciones.<br />

En 1933 envió emisarios al hombre que controlaba los garitos de Manhattan, la<br />

usura, las apuestas, la lotería ilegal de Harlem, etc. Se llamaba Salvatore<br />

Maranzano y era considerado un pezzonovante, uno de los reyes del hampa<br />

neoyorquina. Los emisarios de Corleone le propusieron ir a medias en el<br />

negocio, ya que con la organización y los contactos policíacos y políticos del<br />

Don sus operaciones podrían extenderse hasta Brooklyn y el Bronx. Pero<br />

Maranzano, que carecía de visión de futuro, rechazó desdeñosamente la<br />

propuesta, en parte porque era amigo de Al Capone, quien contaba con su<br />

propia organización y sus propios hombres, aparte de armamento de todo tipo.<br />

Así pues, no iba a aliarse con un advenedizo cuya reputación era mayor como<br />

conciliador que como mañoso. La negativa de Maranzano encendió la mecha<br />

de la gran guerra de 1933, que iba a cambiar por completo la estructura de los<br />

bajos fondos de Nueva York.<br />

A primera vista, la lucha era muy desigual. Salvatore Maranzano poseía una<br />

poderosa organización y tenía amistad con Al Capone, de Chicago, cuya ayuda<br />

podía solicitar en cualquier momento. También estaba en muy buenas<br />

relaciones con la familia Tattaglia, que controlaba la prostitución y el incipiente<br />

tráfico de drogas. Además, contaba con buenos amigos entre algunos<br />

poderosos hombres de negocios, que utilizaban a sus matones para aterrorizar<br />

a los comerciantes judíos del ramo de la confección y a los sindicatos<br />

anarquistas italianos del de la construcción.<br />

Contra esto, Don Corleone sólo podía oponer dos pequeños aunque<br />

soberbiamente organizados “regimi”, mandados por Clemenza y Tessio, aparte<br />

de que sus contactos policíacos y políticos podían ser contrarrestados por los<br />

que tenían los hombres de negocios que apoyaban a Maranzano. Pero poseía<br />

una gran ventaja: el enemigo lo ignoraba todo respecto de su organización. El

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!