29.03.2013 Views

Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

– Márchate de inmediato –le dijo Neri–. Si vuelvo a verte esta noche, lo pasarás<br />

muy mal.<br />

A un ademán del policía, el chico salió corriendo. Neri siguió el mismo<br />

procedimiento con los dos siguientes. Los dejó marchar. Pero el cuarto dio un<br />

apellido italiano y miró a Neri con una sonrisa, como si el hecho le diera ciertos<br />

derechos. Neri no podía ocultar que era italiano; su acento le delataba. Miró<br />

fijamente al muchacho y le preguntó:<br />

– ¿Eres italiano?<br />

El chico, confiadamente y sin dejar de sonreír, contestó que sí.<br />

Neri le dio un tremendo golpe en la frente con la linterna. El muchacho cayó al<br />

suelo, de rodillas. Tenía una brecha en la frente, de la que manaba sangre en<br />

abundancia. Pero la herida no era grave. Con aspereza, Neri le dijo:<br />

– Eres una deshonra para todos los italianos, hijo de puta. Nos das mala fama<br />

a todos. Levántate.<br />

Le propinó un golpe en el costado, no muy fuerte, y añadió–: Vete<br />

inmediatamente a tu casa. Que nunca más vuelva a verte con esa chaqueta o<br />

te prometo que te enviaré al hospital. Y ahora márchate. Tienes suerte de que<br />

yo no sea tu padre.<br />

Neri no perdió el tiempo con los otros dos. Les dio una patada en el trasero,<br />

advirtiéndoles, como al primero, que no quería volver a verlos en la calle<br />

aquella noche.<br />

En tales ocasiones ocurría todo con tanta rapidez, que no había tiempo de que<br />

la gente se diera cuenta del incidente, ni tampoco de que alguien pudiera<br />

protestar por los métodos empleados por el policía. Neri se subía al coche<br />

patrulla y su compañero pisaba el acelerador a fondo, por lo que instantes<br />

después ya estaban muy lejos. Naturalmente, en ocasiones Neri se encontraba<br />

con alguien que le plantaba cara, bien con los puños, bien con un cuchillo. En<br />

tales casos, su oponente u oponentes podían considerarse dignos de lástima.<br />

Con terrible ferocidad, Neri los golpeaba sin miramientos, y luego los subía al<br />

coche patrulla, arrestados bajo la acusación de haber agredido a un policía. Y<br />

lo normal era que la vista del caso tuviera que esperar hasta que los<br />

desgraciados mesen dados de alta en el hospital.<br />

Un día, transfirieron a Neri al distrito donde se levanta el edificio de las<br />

Naciones Unidas, por haber faltado al respeto al sargento que era su superior<br />

directo. Pronto se dio cuenta de que la gente de las Naciones Unidas<br />

aprovechaban su inmunidad diplomática para aparcar donde les venía en gana,<br />

sin preocuparse de los ordenanzas. Neri se quejó a sus superiores, pero le<br />

dijeron que hiciera la vista gorda. Una noche, sin embargo, Neri se encontró<br />

con que una calle lateral estaba completamente bloqueada por los automóviles<br />

de los funcionarios del organismo internacional. Era más de medianoche, por lo<br />

que Neri sacó del coche patrulla su enorme linterna y empezó a romper los<br />

parabrisas de aquellos automóviles. No fue nada fácil, ni aun para diplomáticos<br />

de alta categoría, hacer reparar los parabrisas en pocos días. En la comisaría<br />

empezaron a llover las protestas. Había que acabar con aquel vandalismo,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!