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Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

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Disparó tres veces contra Barzini, a quien alcanzó en el pecho, antes de que<br />

los otros tres hombres pudieran reaccionar. Para entonces, Neri ya se había<br />

perdido entre la multitud. Rápidamente, llegó hasta donde había dejado el<br />

coche. Cerca de Chelsea Park, Neri, que había tirado la gorra y se había<br />

puesto el abrigo, se trasladó a otro coche que estaba esperándolo. En el primer<br />

automóvil había dejado la pistola y el uniforme. Ya se encargarían de<br />

deshacerse de ambas cosas. Una hora más tarde, sano y salvo, se Tessio<br />

estaba aguardando en la cocina de la casa del Don, bebiendo una taza de café,<br />

cuando Tom Hagen se acercó a él y le dijo:<br />

– Michael está ya preparado. Será mejor que llames a Barzini y le digas que se<br />

ponga en camino.<br />

Tessio se levantó y se acercó al teléfono. Marcó el número de la oficina de<br />

Barzini en Nueva York y dijo:<br />

– Salimos para Brooklyn de inmediato.<br />

Después de colgar, Tessio se volvió hacia Hagen y, sonriendo, le dijo:<br />

– Espero que esta noche Mike llegue a un acuerdo ventajoso para nosotros.<br />

Con expresión seria, Hagen contestó:<br />

– Estoy seguro de que así será.<br />

Salieron de la cocina en dirección a la casa de Michael. En la puerta, uno de<br />

los guardianes los detuvo y dijo:<br />

– El jefe dice que irá en otro coche, y que partáis sin él.<br />

Tessio enarcó las cejas y dijo a Hagen:<br />

– No puede hacer eso: trastorna todos mis preparativos.<br />

En ese momento se acercaron tres guardaespaldas. Hagen dijo a Tessio,<br />

suavemente:<br />

– Tampoco yo puedo ir contigo, Tessio.<br />

Al caporegime le bastó una fracción de segundo para comprenderlo todo. Y lo<br />

aceptó. Tuvo un momento de debilidad, pero no tardó en recuperarse.<br />

– Quiero que Mike sepa que fue por negocios –dijo–. Nada personal. Siempre<br />

sentí una gran simpatía hacia él.<br />

Carlo Rizzi, que esperaba todavía el momento de entrevistarse con Michael, se<br />

puso nervioso al ver tantas idas y venidas. Algo importante se estaba cociendo,<br />

pensó, y parecía que a él querían dejarlo al margen. Impaciente, llamó por<br />

teléfono a su cuñado. Recogió la llamada uno de los guardianes, que fue a<br />

buscar a Michael, y regresó momentos después con el mensaje de que éste no<br />

tardaría en ocuparse de él.<br />

Carlo llamó una vez más a su amante y le dijo que al fin estaba seguro de que<br />

podría llevarla a cenar, aunque tal vez un poco tarde, y le prometió que

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