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Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

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Johnny trabajaba a toda prisa. Sorprendido, comprobó que sabía más de lo que<br />

creía acerca de la producción de películas. No obstante, contrató a un<br />

productor ejecutivo. Era un hombre capacitado, pero como estaba en la lista<br />

negra tenía dificultades para encontrar trabajo. Johnny no quiso explotarlo, a<br />

pesar de que hubiera podido hacerlo, y le firmó un contrato muy satisfactorio.<br />

– Espero que así me saldrá usted más barato –le dijo, francamente.<br />

Por ello se mostró sorprendido cuando el productor ejecutivo le dijo que<br />

debería pagar cincuenta mil dólares al representante del sindicato. Los<br />

contratos y las horas extras, entre otras cosas, solían ser fuente de grandes<br />

problemas, por lo que el dinero estaría bien empleado. De momento, Johnny<br />

pensó que el productor ejecutivo intentaba extorsionarlo.<br />

– Al tipo ese del sindicato envíemelo a mí –dijo Johnny.<br />

El tipo se llamaba Billy Goff. Johnny le comunicó:<br />

– Pensaba que mis amigos lo habían arreglado todo. Me dijeron que no me<br />

preocupara del asunto de las cuotas.<br />

– ¿Quién se lo dijo? –preguntó Goff.<br />

– Usted sabe perfectamente quién me lo dijo. No diré su nombre, pero es un<br />

hombre que nunca habla por hablar.<br />

– Las cosas han cambiado –replicó Goff–. Su amigo está en apuros, y su<br />

palabra ya no llega hasta California.<br />

– Bien, venga a verme dentro de un par de días. ¿De acuerdo?<br />

Con una sonrisa, Goff concluyó:<br />

– De acuerdo, Johnny; pero llamar a Nueva York no le servirá de nada.<br />

Resultó que sí sirvió. Johnny habló por teléfono con Hagen, quien le dijo<br />

claramente que no pagara.<br />

– Tu padrino se enfadará mucho si sabe que has pagado un solo centavo. El<br />

respeto hacia su persona se vería afectado, y eso es algo que el Don no puede<br />

tolerar, y menos en estos momentos.<br />

– ¿Puedo hablar con el Don? –preguntó Johnny–. ¿O prefieres ser tú quien<br />

hable con él? Tengo que empezar el rodaje.<br />

– Nadie puede hablar ahora con el Don –respondió Hagen–. Está demasiado<br />

enfermo. Hablaré con Sonny; él se encargará de arreglar el asunto. Pero<br />

recuerda que no quiero que pagues ni un centavo. Si algo cambiara, te lo haría<br />

saber.<br />

Molesto, Johnny colgó el auricular. Los problemas con el sindicato podrían<br />

encarecer mucho la película, además de demorar el trabajo. Por un instante<br />

consideró la posibilidad de pagar los cincuenta mil a Goff, sin decir nada.<br />

Después de todo, ni el Don ni Hagen le habían ordenado nada al respecto.

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