29.03.2013 Views

Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

Mario%20Puzo%20-%20El%20Padrino

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Un hombre realmente poderoso no hubiese puesto precio a su venganza. Un<br />

verdadero jefe mañoso también hubiese hecho matar a los otros dos. No.<br />

Fanucci había acabado con la vida de uno de sus agresores, pero sabía que no<br />

podía hacer lo mismo con los otros, máxime si ambos estaban alerta, como era<br />

el caso. Por ello se había conformado con aceptar dinero. Era únicamente su<br />

propia fuerza bruta lo que le permitía conseguir que los tenderos y los<br />

jugadores le pagaran tributo. Pero Vito Corleone sabía de una casa de juego<br />

que nunca había querido pagar, y nada había ocurrido.<br />

Eso demostraba que Fanucci estaba solo. Como mucho debía de disponer de<br />

unos pocos pistoleros, alquilados para trabajos especiales, y eso pagándoles<br />

en efectivo. Estos pensamientos se encadenaron con otros, y así, al cabo de<br />

un rato, Vito Corleone llegó a la conclusión de que debía imprimir un nuevo<br />

rumbo a su vida.<br />

Estaba convencido de que cada hombre tiene escrito su destino. Aquella noche<br />

hubiera podido pagar a Fanucci el tributo exigido, con lo que se habría<br />

convertido de nuevo en dependiente de una tienda, y luego, con los años, tal<br />

vez hubiera llegado a establecerse por su cuenta. El destino, sin embargo,<br />

había decidido que debía convertirse en un Don, y se serviría de Fanucci para<br />

ponerlo en el sendero que tenía destinado.<br />

Cuando hubieron terminado la botella de vino, Vito dijo a Clemenza y a Tessio:<br />

– Si os parece ¿por qué no me dais doscientos dólares cada uno? Yo me<br />

cuidaré de pagar a Fanucci. Os garantizo que aceptará esa suma. Dejadlo todo<br />

por mi cuenta. Arreglaré este problema a vuestra entera satisfacción.<br />

Clemenza se puso en guardia de inmediato. Sospechaba.<br />

– Soy incapaz de mentir a mis amigos –dijo Vito en tono gélido–. Habla<br />

mañana con Fanucci y deja que te pida el dinero. Pero no le pagues. Y, sobre<br />

todo, no discutas con él. Dile que no llevas dinero encima y que se lo<br />

entregarás por intermedio de mí. Dale a entender que estás dispuesto a pagar<br />

lo que pide. No regatees. El precio ya lo discutiré yo con él. Si es tan peligroso<br />

como decís, no tiene objeto hacerle enfadar.<br />

Clemenza y Tessio se mostraron de acuerdo. Al día siguiente, Clemenza habló<br />

con Fanucci para asegurarse de que Vito no le jugara una mala pasada. Luego<br />

fue al piso de Vito y le dio los doscientos dólares. Miró inquisitivamente a Vito<br />

Corleone y dijo:<br />

– Fanucci no se mostró dispuesto a aceptar menos de trescientos dólares.<br />

¿Cómo vas a arreglártelas para conseguir que se conforme con doscientos?<br />

– Eso es algo que no te concierne. Sólo recuerda que te he hecho un favor.<br />

Tessio se retrasó un poco. Era más reservado que Clemenza, más astuto y<br />

más inteligente, pero no tenía tanta personalidad ni tanta fuerza. Sentía que<br />

algo no estaba perfectamente claro. Estaba un poco preocupado. Dirigiéndose<br />

a Vito Corleone, dijo:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!