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Farias Victor, Heidegger y el nazismo

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Víctor <strong>Farias</strong><br />

<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />

El discurso de <strong>Heidegger</strong> se inicia de la siguiente manera:<br />

Queremos meditar un instante sobre <strong>el</strong> significado honroso de este sacrificio,<br />

para estar en condiciones, a partir de esta muerte, de comprender nuestra vida.<br />

Schlageter murió de la más amarga de las muertes, no en los puestos de<br />

vanguardia d<strong>el</strong> frente de combate, al mando de su batería; tampoco en <strong>el</strong> marco de<br />

una ofensiva o en <strong>el</strong> encarnizamiento de la retirada. No, murió desarmado frente a<br />

los fusiles franceses.<br />

Pero lo hizo por ejecutar la más difícil de las tareas.<br />

Sin embargo, eso mismo le hubiese producido una última alegría si al menos<br />

hubiese deparado una victoria y, si la grandeza de la Nación en vías de despertarse,<br />

lo hubiera iluminado.<br />

En lugar de <strong>el</strong>lo: la oscuridad, la decadencia y la traición.<br />

Por eso no llegó a cumplir la tarea más importante, que sigue siendo la más<br />

difícil: no llegó a captar la imagen d<strong>el</strong> comienzo a venir (künfitgen Aufbruches), d<strong>el</strong><br />

honor y de la grandeza de su pueblo, llevarla en <strong>el</strong> alma y morir con <strong>el</strong>la.<br />

En Ser y Tiempo la muerte era la posibilidad propia e<br />

inalienable de la existencia, irreductible y al mismo tiempo imposible<br />

de fundar. 71 En <strong>el</strong>la, la existencia auténtica podía, en <strong>el</strong> mejor de los<br />

casos, enfrentarse consigo misma: optar por la comprensión de sí<br />

misma a partir de la r<strong>el</strong>ación con la propia muerte. El sentido crucial<br />

d<strong>el</strong> análisis de la muerte <strong>el</strong>aborado en Ser y Tiempo consistía en abrir<br />

<strong>el</strong> horizonte a la finitud y, con <strong>el</strong>la, a la temporalidad como espacio<br />

donde aparece <strong>el</strong> ser. Pero en la medida en que <strong>el</strong> análisis explícito de<br />

la muerte aparecía —en su variante inauténtica 72 o auténtica 73 — con<br />

referencia a la existencia individual, es obvio que le faltaban<br />

fundamentos <strong>el</strong>aborados, pese a que en <strong>el</strong> capítulo V 74 se reconozca<br />

una forma r<strong>el</strong>evante de existencia colectiva —los héroes—, como<br />

existencia auténtica. Y esto a pesar de que <strong>Heidegger</strong> había hablado<br />

explícitamente de la tradición, la herencia, la comunidad d<strong>el</strong> pueblo,<br />

los héroes y la lucha, así como de los momentos decisivos para la<br />

comprensión de la existencia colectiva. El complemento sustancial<br />

que faltaba a Ser y Tiempo aparecerá precisamente ahora. A través<br />

de la figura de Schlageter, <strong>Heidegger</strong> reúne de manera armoniosa la<br />

existencia individual y la existencia colectiva en su posibilidad de<br />

devenir existencias auténticas. Al carácter constitutivo de la muerte<br />

(ser irreductible e imposible de fundar), <strong>Heidegger</strong> añade otras<br />

calificaciones.<br />

La muerte de Schlageter es, para <strong>Heidegger</strong>, en tanto<br />

irreductible e imposible de fundar, la muerte «más amarga» para<br />

<strong>Heidegger</strong> y «la más gloriosa» La r<strong>el</strong>ación entre Schlageter y la<br />

muerte completará la significación de esta muerte, precisamente<br />

porque Schlageter aparece como un héroe concreto y r<strong>el</strong>acionado con<br />

la misma historia que <strong>Heidegger</strong> y sus oyentes: ser un mod<strong>el</strong>o para la<br />

vida («nuestra vida»). <strong>Heidegger</strong> se coloca así decididamente por<br />

encima de sus críticos —que, por otro lado, son injustos—, quienes le<br />

reprochaban haber dado una versión mórbida de la vida en su obra<br />

más importante. Al hacerlo, no ocupará la posición d<strong>el</strong> humanista. En<br />

la medida en que en Ser y Tiempo consideraba la lucha una de las<br />

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