Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Farias Victor, Heidegger y el nazismo
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
variante, <strong>el</strong> nacionalsocialismo. La diferencia importante entre lo<br />
dicho por <strong>Heidegger</strong> en su curso «Sobre la cuestión fundamental de la<br />
filosofía» (que no era necesario espiritualizar la revolución) y lo que<br />
decía aquí, consiste en que la espiritualización había llegado a ser<br />
necesaria, porque su objeto, <strong>el</strong> nacionalsocialismo estaba en vías de<br />
perder algunos de sus atributos esenciales. A pesar de todo tenía<br />
capacidad de recuperación. Su propósito de fundamentar <strong>el</strong> racismo y<br />
la agresión en <strong>el</strong> «espíritu» («toda la fuerza y la b<strong>el</strong>leza verdaderas<br />
d<strong>el</strong> cuerpo, la seguridad y la osadía de la espada») no era una voz<br />
clamando en <strong>el</strong> desierto. Hitler también exigió la espiritualización de<br />
la espada:<br />
¿Es posible aniquilar ideas espirituales con la espada ¿Con <strong>el</strong> uso de la<br />
violencia bruta se puede luchar contra concepciones d<strong>el</strong> mundo Me he planteado<br />
estas preguntas a menudo a contramarcha [...]. Concepciones e ideas, así como<br />
movimientos con una determinada base espiritual falsa o verdadera, a partir de un<br />
determinado momento de su desarrollo sólo se pueden vencer con los medios d<strong>el</strong><br />
poder técnico cuando estas armas corporales a su vez son portadoras de un nuevo<br />
pensamiento, de una idea o ideología [...]. La aplicación de la sola violencia, sin la<br />
fuerza motriz de una idea espiritual básica como premisa, nunca podrá llevar a la<br />
<strong>el</strong>iminación de una idea ni a su propagación, a menos que se llegue a aniquilar a su<br />
último portavoz y se destruya su última transmisión. Esto, sin embargo, significa<br />
apartar este estamento estatal d<strong>el</strong> círculo que ostenta <strong>el</strong> poder político para un<br />
tiempo indefinido, quizá para siempre: un sacrificio así afecta a lo mejor d<strong>el</strong> pueblo<br />
según demuestra la experiencia, ya que toda persecución que tiene lugar sin una<br />
condición espiritual previa, aparece como moralmente injustificada, e incita a la<br />
protesta precisamente a los <strong>el</strong>ementos más valiosos d<strong>el</strong> pueblo, con su consiguiente<br />
identificación con <strong>el</strong> contenido espiritual d<strong>el</strong> movimiento (doctrina) injustamente<br />
perseguido. En muchas personas, esto simplemente ocurre a causa de una reacción<br />
instintiva contra <strong>el</strong> intento de la reducción a porrazos de una idea por medio de una<br />
violencia brutal.<br />
De ahí que Hitler viera como única solución la colaboración<br />
entre «la espada» y «<strong>el</strong> espíritu».<br />
La primera condición para luchar con las armas de la fuerza bruta ha sido<br />
desde siempre la tenacidad, [...]. La aplicación uniforme de la violencia sin más es<br />
la primera condición d<strong>el</strong> éxito. Pero esa tenacidad sólo se da partiendo de una<br />
determinada convicción espiritual. Toda violencia que no surja de una base<br />
espiritual firme será vacilante e insegura. 48<br />
La combinación errónea de espíritu y acción que <strong>Heidegger</strong><br />
concebía como <strong>el</strong> mayor p<strong>el</strong>igro para <strong>el</strong> «centro» y <strong>el</strong> «movimiento»<br />
se reflejaba también en la Universidad —como lugar desde <strong>el</strong> cual<br />
debería ser posible devolver al espíritu sus propias posibilidades—,<br />
que corría asimismo <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de ser destruida a causa de la<br />
equivocada evolución d<strong>el</strong> nacionalsocialismo.<br />
En la ciencia que aquí en la Universidad nos interesa de manera especial se<br />
puede reconocer fácilmente la situación de las últimas décadas, situación que, pese<br />
a algunos intentos de saneamiento, permanece invariable. Dos concepciones<br />
aparentemente distintas parecen combatirse: la ciencia como conocimiento<br />
profesional técnico y práctico por una parte, y la ciencia como valor cultural per se<br />
239