Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Farias Victor, Heidegger y el nazismo
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
particular las actas procedentes d<strong>el</strong> consulado alemán en Zurich,<br />
bastaron para que la oficina central de Karlsruhe entablara un<br />
proceso contra Staudinger. <strong>Heidegger</strong>, consultado <strong>el</strong> 6 de febrero de<br />
1934 por <strong>el</strong> Ministerio, fue requerido para que hiciera las diligencias<br />
d<strong>el</strong> caso «dado que una eventual aplicación d<strong>el</strong> inciso 4 de la ley [...]<br />
debe cumplirse antes d<strong>el</strong> 31 de marzo de 1934, fecha límite». Cuatro<br />
días más tarde respondió <strong>el</strong> rector con un informe mecanografiado<br />
por una persona manifiestamente inexperta (a juzgar por la cantidad<br />
de faltas en <strong>el</strong> escrito). Este informe fue redactado en pap<strong>el</strong> con<br />
membrete d<strong>el</strong> rectorado, pero no lleva <strong>el</strong> número d<strong>el</strong> registro. En él,<br />
<strong>Heidegger</strong> dice estar de acuerdo con todos los cargos invocados por<br />
la Gestapo y añade un juicio personal que es en sí mismo una<br />
condena:<br />
Estos hechos reclaman la aplicación d<strong>el</strong> inciso 4 de la ley. Si se tiene en<br />
cuenta que son conocidos por la opinión pública alemana desde 1925/26, época en<br />
la que Staudinger fue contratado por la Universidad de Friburgo, está en juego<br />
también <strong>el</strong> prestigio de la universidad, que debe tomar medidas. Tanto más cuanto<br />
que Staudinger se hace pasar hoy como un incondicional de la causa nacional. En<br />
lugar de una jubilación, habría que pensar en un cese. ¡Heil Hitler! <strong>Heidegger</strong>.<br />
En respuesta a la solicitud de <strong>Heidegger</strong>, <strong>el</strong> ministro reclamó a<br />
su colega d<strong>el</strong> Estado (según un informe d<strong>el</strong> 22 de febrero de 1934)<br />
que Staudinger fuese expulsado d<strong>el</strong> servicio público.<br />
Si bien Staudinger intentó durante los interrogatorios reducir<br />
los cargos que pesaban contra él, su situación se hizo insostenible, ya<br />
que <strong>el</strong> carácter monstruoso de la medida tomada en su contra se<br />
hacía cada vez más evidente. Por razones puramente tácticas, por<br />
temor a las repercusiones internacionales que <strong>el</strong> asunto pudiera<br />
tener, primero <strong>el</strong> alcalde de Friburgo, doctor Kerber, y más tarde <strong>el</strong><br />
propio Martin <strong>Heidegger</strong>, decidieron intervenir para que Staudinger<br />
no fuese expulsado sino «solamente» retirado d<strong>el</strong> servicio. Al final de<br />
su carta enviada al Ministerio <strong>el</strong> 5 de marzo de 1934, siempre con<br />
pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong> rectorado de la universidad y sin número de registro («se<br />
tomó especial cuidado para que no quedara copia de estos<br />
documentos en los archivos de la universidad», H. Ott), <strong>Heidegger</strong><br />
escribe: «Si bien es superfluo añadir que todo esto en nada afecta a<br />
la cosa en sí, se trata únicamente de evitar una nueva complicación<br />
en nuestras r<strong>el</strong>aciones con <strong>el</strong> extranjero [...]». El epílogo de este<br />
asunto t¡ene algo de grotesco y supuso no pocas humillaciones para<br />
<strong>el</strong> desdichado Staudinger. El Ministerio lo obligó a pedir «por mi<br />
propia iniciativa» su dimisión. Archivada durante seis meses, <strong>el</strong><br />
Ministerio «accedió» a no aceptarla «salvo que, en <strong>el</strong> futuro, hubiera<br />
una razón para hacerlo». Pasado <strong>el</strong> plazo acordado, y como no hubo<br />
«ninguna razón», Staudinger fue autorizado a retirar su dimisión.<br />
En cuanto a la actitud de Martin <strong>Heidegger</strong> frente a la<br />
persecución de sus colegas judíos, ciertamente hay que hacer<br />
algunas precisiones. En particular, en lo que concierne a los<br />
136