Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Farias Victor, Heidegger y el nazismo
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Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
Conocemos a estos hombres jóvenes, la firmeza de su carácter, la ferocidad<br />
(Rücksichtslosigkeit) de su discurso, su carácter de acero. Este tipo de estudiante<br />
ya no estudia en <strong>el</strong> sentido tradicional. Está siempre en marcha, es un estudiante<br />
que se ha convertido en trabajador.<br />
Así, <strong>Heidegger</strong> establecerá la r<strong>el</strong>ación entre estudiante y trabajo<br />
como la r<strong>el</strong>ación esencial dentro de la cual se debe comprender lo<br />
que es específicamente nacionalsocialista, a la vez que la noción de<br />
«nuevo estudiante» y nuevo Estado:<br />
3. ¿No ha sido siempre <strong>el</strong> estudiante un trabajador Hoy se habla de aqu<strong>el</strong><br />
que trabaja con la cabeza y de aqu<strong>el</strong> que trabaja con las manos. El término<br />
«trabajador» designa a un vasto colectivo; es una concesión hecha a estos<br />
camaradas d<strong>el</strong> pueblo que comúnmente se llamaban trabajadores (obreros). Con la<br />
nueva realidad alemana, la esencia d<strong>el</strong> trabajo y d<strong>el</strong> trabajador también han<br />
cambiado. «Trabajador» no es una noción - corporativa, un concepto cultural.<br />
«Trabajo» significa algo ambiguo: por una parte quiere decir la realización de un<br />
comportamiento, y por otra parte, <strong>el</strong> resultado de esta realización. Todo<br />
comportamiento humano es trabajo. Lo esencial no reside ni en la realización d<strong>el</strong><br />
comportamiento, ni en <strong>el</strong> resultado, sino en lo que en verdad se produce a partir de<br />
él. La lucha que <strong>el</strong> hombre emprende como trabajador produce la afirmación de<br />
poderes tales como la naturaleza, <strong>el</strong> arte, <strong>el</strong> Estado, etc. Así entendida, la esencia<br />
d<strong>el</strong> trabajo determina la existencia d<strong>el</strong> trabajo y, sin duda, la existencia d<strong>el</strong> hombre<br />
sobre la tierra en general. Nuestra existencia comienza a transformarse en otra<br />
forma de ser. El Estado nacionalsocialista es <strong>el</strong> Estado d<strong>el</strong> trabajo y <strong>el</strong> nuevo<br />
estudiante está obligado a cumplir la exigencia política d<strong>el</strong> saber. Por eso es<br />
«trabajador». El nuevo estudiante estudia porque es «trabajador». Y sus estudios<br />
se basan hoy en <strong>el</strong> desarrollo de la voluntad para consolidar <strong>el</strong> saber d<strong>el</strong> pueblo, en<br />
virtud d<strong>el</strong> cual será un ser histórico en su Estado. Al cabo de una década, tal vez<br />
después de una generación, este nuevo tipo de estudiante dominará la universidad.<br />
En ese momento tomará <strong>el</strong> r<strong>el</strong>evo y se constituirá en <strong>el</strong> frente de trabajo de los<br />
nuevos docentes.<br />
Esta es la razón, para <strong>Heidegger</strong>, d<strong>el</strong> impulso revolucionario de<br />
los estudiantes nazis, que será <strong>el</strong> primer factor de transformación de<br />
la universidad alemana en una universidad nazifascista. Es<br />
precisamente a partir de este impulso que se debe comprender al<br />
«nuevo docente», que en <strong>el</strong> fondo es <strong>el</strong> estudiante de hoy.<br />
¿Cómo actúa <strong>el</strong> nuevo docente en la nueva realidad alemana La nueva<br />
exigencia d<strong>el</strong> saber se impone en todas partes, para quienes tengan ojos para ver y<br />
oídos para escuchar. Esta exigencia d<strong>el</strong> saber comprende, por un lado, la voluntad<br />
de enseñar y, por otro, la búsqueda de los maestros dignos d<strong>el</strong> afán de aprender.<br />
Pero la verdad es que la actual enseñanza científica se caracteriza por una pérdida<br />
de objetivos y sólo ofrece lo necesario para satisfacer las exigencias de los<br />
exámenes. A esta falta de objetivos se debe <strong>el</strong> abismo en <strong>el</strong> que hemos caído. Se lo<br />
llama «progreso internacional», pero estos dos factores son los que han ocasionado<br />
la impotencia en la cual se debate la universidad alemana desde hace décadas.<br />
Después de la conferencia de las universidades d<strong>el</strong> año pasado, se han oído quejas<br />
por la superpoblación de la universidad, hecho que afecta su buen funcionamiento.<br />
La realidad es distinta: la superpoblación de la universidad es la consecuencia d<strong>el</strong><br />
fracaso de la universidad.<br />
De <strong>el</strong>lo resultará, como es inevitable, un choque con la nueva realidad<br />
alemana. Lo cierto es que siempre se agitan los viejos fantasmas según los cuales<br />
la universidad corre <strong>el</strong> riesgo de caer en la barbarie, en lugar de ver <strong>el</strong> otro p<strong>el</strong>igro:<br />
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