Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Farias Victor, Heidegger y el nazismo
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Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
concebían su origen común como algo que sólo fuera accesible en<br />
teoría. Para <strong>el</strong>los la teoría no era la contemplación sino la forma<br />
superior de alcanzar la energeia. No se trataba «de asimilar la praxis<br />
a la teoría, sino, por <strong>el</strong> contrario, se trataba de comprender la teoría<br />
como la realización más <strong>el</strong>evada de la auténtica praxis. Para los<br />
griegos, la ciencia no es un bien cultural sino <strong>el</strong> centro más<br />
profundamente determinante d<strong>el</strong> conjunto de la existencia popular en<br />
<strong>el</strong> seno d<strong>el</strong> Estado». 94 Para <strong>Heidegger</strong>, la tarea de encontrar su propia<br />
esencia no es únicamente una lucha que tiene lugar dentro de una<br />
unidad nacional cerrada, sino un combate «heroico» en la medida en<br />
que <strong>el</strong> esfuerzo espiritual es lo único real y verdadero, dado que<br />
jamás se puede alcanzar en él la totalidad de aqu<strong>el</strong>lo que se busca:<br />
«todo saber sobre las cosas está siempre librado a la omnipotencia<br />
d<strong>el</strong> destino y fracasa d<strong>el</strong>ante de <strong>el</strong>la». 95 En esta superación heroica y<br />
positiva de la antinomia teoría-praxis, que <strong>Heidegger</strong> comprende a<br />
partir de una praxis trascendental e histórica, establece sólidamente<br />
su afirmación ulterior d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> histórico y político-trascendental de la<br />
filosofía en tanto energeia. En efecto, para él, si la filosofía funda las<br />
ciencias, lo hace porque funda la existencia histórica trascendental<br />
(«espiritual») de algunos pueblos. En lugar de querer presentarse<br />
como candidato al cargo de filósofo de Estado —cargo sin duda<br />
privilegiado—, a través de un acto fundamental, <strong>Heidegger</strong> hace de la<br />
filosofía, de su propia filosofía, <strong>el</strong> agente de una nueva realidad<br />
alemana:<br />
El origen entró en nuestro futuro; en éste, aquél se da como un mandato<br />
lejano para que nosotros volvamos a alcanzar su grandeza.<br />
Sólo si resu<strong>el</strong>tamente nos sometemos a ese mandato lejano de recobrar la<br />
grandeza d<strong>el</strong> comienzo, sólo entonces <strong>el</strong> saber llegará a ser la más íntima<br />
necesidad de la existencia. De lo contrario, queda reducido al azar en que hemos<br />
caído o al sosiego y a la holgura de una ocupación sin p<strong>el</strong>igros para <strong>el</strong> fomento de<br />
un mero progreso de los conocimientos.<br />
Pero si no nos conformamos con <strong>el</strong> lejano mandato d<strong>el</strong> comienzo, entonces<br />
la ciencia debe devenir <strong>el</strong> acontecimiento fundamental de nuestra existencia<br />
espiritual-popular. 96<br />
<strong>Heidegger</strong> afirma que no se pueden plantear estas cuestiones<br />
fundamentales sino a través de la r<strong>el</strong>ación con la sangre y con la<br />
tierra propiamente dichas. Asumiendo sin reservas las palabras de<br />
Rosenberg, «El espíritu habla a partir de la raza», <strong>Heidegger</strong> verá en<br />
la protección de la sangre y de la tierra la condición d<strong>el</strong> futuro y de la<br />
expansión de la vida espiritual de un pueblo:<br />
El mundo espiritual de un pueblo no es la superestructura cultural ni<br />
tampoco un arsenal de conocimientos y valores utilizables, sino poder conservar lo<br />
más auténtico de la fuerza de la tierra y de la sangre, fuerza capaz de conmover y<br />
trastornar d<strong>el</strong> todo su existencia. Sólo un mundo espiritual garantiza al pueblo su<br />
grandeza, pues le obliga constantemente a <strong>el</strong>egir entre la voluntad de grandeza y la<br />
decadencia. Así se modula <strong>el</strong> ritmo de la marcha que nuestro pueblo inició hacia su<br />
historia futura. 97<br />
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