Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Farias Victor, Heidegger y el nazismo
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Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
manera de pensar y de vivir de los habitantes de Heuberg, para<br />
comprender bien la singular atracción que emana d<strong>el</strong> carácter d<strong>el</strong><br />
padre Abraham».<br />
Después, al describir <strong>el</strong> monumento, <strong>Heidegger</strong> rev<strong>el</strong>a<br />
claramente la consideración que le merece la estatua, y a través de<br />
<strong>el</strong>la la figura d<strong>el</strong> propio Abraham:<br />
La cabeza d<strong>el</strong> genio (que por momentos se parece a la d<strong>el</strong> viejo Goethe)<br />
deja entrever detrás de su amplia frente expresiva ese espíritu profundo,<br />
inagotable, que una energía indomable, aguerrida ante todas las tempestades, una<br />
sed de acción insaciable, hicieron fructuosa. La salvación d<strong>el</strong> pueblo, en alma y en<br />
cuerpo, he aquí lo que buscaba este predicador verdaderamente apostólico.<br />
Abraham a Sancta Clara se convierte así en una figura<br />
ejemplar, un guía enérgico, abierto a la salvación d<strong>el</strong> alma tanto<br />
como a la salvación d<strong>el</strong> cuerpo y d<strong>el</strong> alma d<strong>el</strong> pueblo.<br />
La historia literaria y cultural ha revisado su juicio sobre aqu<strong>el</strong> que antaño<br />
calificaba de «farsante». Su humor teñido de malicia, sus rasgos chispeantes de<br />
espíritu, su ironía, a menudo mordaz, expresados en un lenguaje breve y conciso,<br />
fluido y flexible, no son comprensibles si no como expresión de un genio de la<br />
oratoria, de un artista creador.<br />
Este genio que forja su propia ley ha de convertirse, según<br />
<strong>Heidegger</strong>, en un contramod<strong>el</strong>o frente a la cultura de la época<br />
presente.<br />
¡Si tan sólo nuestra época, de cultura puramente superficial, arrebatada por<br />
cambios rápidos, pudiera vislumbrar <strong>el</strong> porvenir volviendo su mirada hacia <strong>el</strong><br />
pasado! Este furor por innovar que invierte los fundamentos, esta loca negligencia<br />
d<strong>el</strong> contenido espiritual profundo de la vida y d<strong>el</strong> arte, esta concepción moderna de<br />
la vida entregada a la sucesión rápida de los placeres instantáneos [...] son otros<br />
tantos indicios de una decadencia, de una triste renegación de la salvación y d<strong>el</strong><br />
carácter trascendente de la vida.<br />
Es evidente que la crítica a la cultura propuesta aquí por<br />
<strong>Heidegger</strong> va bastante más allá de un tradicionalismo conservador: al<br />
explicar <strong>el</strong> problema de la oposición salud/enfermedad (valores d<strong>el</strong><br />
pasado auténtico/valores de un presente liberal y secularizado),<br />
<strong>Heidegger</strong> invita a una contraofensiva «espiritual» que tiene, por lo<br />
menos, connotaciones agresivas. Sobre todo porque toma<br />
precisamente la figura de Abraham a Sancta Clara como mod<strong>el</strong>o de<br />
acción y de reacción:<br />
Personajes como Abraham a Sancta Clara deben seguir vivos entre nosotros,<br />
actuando silenciosamente en <strong>el</strong> alma d<strong>el</strong> pueblo. Quiera Dios que sus espíritus<br />
circulen siempre entre nosotros, que su espíritu [...] se convierta en un fermento<br />
poderoso para la conservación de la salud y, cuando la necesidad lo imponga, para<br />
<strong>el</strong> restablecimiento de la salud d<strong>el</strong> pueblo.<br />
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