Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
Nuestra idea acerca d<strong>el</strong> vocablo opinión pública depende en gran medida de<br />
nuestra propia experiencia o conocimientos... La mirada política de las multitudes<br />
sólo divisa <strong>el</strong> resultado final de lo que ha sido con frecuencia una ardua lucha entre<br />
<strong>el</strong> alma y <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto [...]. La más eficaz de todas las contribuciones a la educación<br />
política es la que se halla a cargo de la prensa, que toma para sí la tarea de ilustrar<br />
[...]. Acontece, sin embargo, que esta institución no está en manos d<strong>el</strong> Estado sino<br />
al servicio de determinadas fuerzas, las más de las veces de índole inferior [...].<br />
Para poder apreciar la gravedad que encierra <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de los bribones emboscados<br />
en <strong>el</strong> periodismo, es necesario estudiar <strong>el</strong> vergonzoso método judío [...]. El<br />
propósito de nuestra actual democracia no está en convocar la asamblea de<br />
hombres ilustrados y prudentes, sino más bien en reunir una recua de serviles<br />
nulidades [...]. 183<br />
Desde este punto de vista, no basta describir las consecuencias<br />
de la filosofía de <strong>Heidegger</strong> anterior a 1933 sólo como un desarme de<br />
la int<strong>el</strong>igencia alemana frente al fascismo (Lukács). Si se tiene en<br />
cuenta <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> jugado por la filosofía de <strong>Heidegger</strong> en la formación<br />
de una generación entera de académicos jóvenes, se puede<br />
comprobar que esta filosofía se orienta absolutamente hacia la<br />
continuación ideológica d<strong>el</strong> desarrollo histórico posterior.<br />
En los textos citados se puede comprobar que a partir de 1927<br />
<strong>Heidegger</strong> expresó abiertamente los distintos temas que, desde <strong>el</strong><br />
principio, formaron su base ideológica: la separación de la existencia<br />
auténtica dentro de la perspectiva de alternativas decisivas (como<br />
lucha y muerte); <strong>el</strong> rechazo de lo «público» (Öffentlichkeit); <strong>el</strong><br />
conjunto de ideas y valores que habían surgido dentro d<strong>el</strong><br />
movimiento juvenil corporativo, así como los valores tradicionales d<strong>el</strong><br />
movimiento católico (especialmente austriaco) d<strong>el</strong> neorromanticismo.<br />
<strong>Heidegger</strong> secularizaba estas concepciones tradicionales,<br />
contribuyendo de este modo a la influencia creciente d<strong>el</strong><br />
nacionalsocialismo. Con él, «<strong>el</strong> Ser» dejó de ser un objeto meramente<br />
especulativo, y apareció en <strong>el</strong> horizonte de un “Ser-ahí”, en <strong>el</strong> cual se<br />
debería realizar y actualizar, sin por eso perder su carácter<br />
trascendente. Inequívocamente, en Ser v Tiempo, <strong>Heidegger</strong> hace<br />
también suyas categorías fundamentales d<strong>el</strong> romanticismo<br />
corporativista: <strong>el</strong> nosotros, la lucha, la predestinación, la misión<br />
histórica d<strong>el</strong> pueblo y, sobre todo, <strong>el</strong> caudillo ejemplar que está<br />
dispuesto a señalar <strong>el</strong> camino a su pueblo.<br />
En 1936, con ocasión de su conferencia en Roma sobre<br />
Hölderlin y la esencia de la poesía, <strong>Heidegger</strong> va a fundamentar su<br />
adhesión al nacionalsocialismo precisamente en su concepción de la<br />
historicidad, tal como queda expuesta en Ser y Tiempo. Karl Löwith<br />
señala que <strong>Heidegger</strong> le confirmó entonces en esta opinión y que su<br />
compromiso político se basaba «en la esencia» de su filosofía.<br />
83