Farias Victor, Heidegger y el nazismo
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Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
identificar la patria sacralizada con la mayor monstruosidad que haya<br />
producido la historia de la humanidad. El lapsus rev<strong>el</strong>ará una<br />
situación muy conflictiva y no resu<strong>el</strong>ta. La cuestión es tanto más<br />
importante cuanto que <strong>Heidegger</strong> <strong>el</strong>igió <strong>el</strong> lugar más sensible y más<br />
significativo para aclarar inconscientemente las cosas: su lugar de<br />
nacimiento. La escena se desarrolla ante «las fuerzas d<strong>el</strong> futuro» (los<br />
jóvenes de la patria), en la escu<strong>el</strong>a en que Abraham a Sancta Clara y<br />
él mismo habían entrado en contacto con los tiempos de origen.<br />
¿Estaríamos aquí ante una retractación en su versión<br />
inconsciente Esta debilidad de <strong>Heidegger</strong> ¿corresponderá a un<br />
rechazo obstinado a la posibilidad de hacer una autocrítica Es<br />
posible.<br />
Puede que haya aquí una respuesta diferente. Al desafiar<br />
consciente y abiertamente a la «opinión pública», actitud<br />
característica d<strong>el</strong> filósofo —para ser comprendido por aqu<strong>el</strong>los que<br />
«eran capaces de comprender»—, <strong>Heidegger</strong> habría querido asumir<br />
virilmente <strong>el</strong> sentido de esta trilogía adoptando una actitud que, de<br />
todos los jefes de la jerarquía nazi, sólo Himmler se atrevió a asumir,<br />
suicidándose.<br />
La cuestión queda abierta, y así quedará a la espera de una<br />
documentación más significativa.<br />
Siguiendo la lectura d<strong>el</strong> discurso de <strong>Heidegger</strong>, observamos que<br />
involucra entonces a su auditorio en toda una serie de desarrollos<br />
completamente diferentes.<br />
Pero, por otra parte, en la segunda mitad d<strong>el</strong> siglo XVII, se despertó un<br />
nuevo espíritu resu<strong>el</strong>tamente volcado hacia <strong>el</strong> mundo para actuar en él y crear: <strong>el</strong><br />
espíritu d<strong>el</strong> Barroco. Abraham fue contemporáneo de los compositores Bach y<br />
Haend<strong>el</strong>. Y pertenece a la misma época en que los grandes arquitectos llevaron a<br />
cabo su trabajo. Las iglesias barrocas de Ottobeuren, Weingarten, Weissenau,<br />
Steinhausen y Birnau son obra de estos hombres. 322<br />
Un aspecto diferente de Abraham a Sancta Clara es abordado<br />
así. Su obra es su lenguaje: «Habló y escribió apoyándose sobre un<br />
dominio de la lengua alemana que es extraordinario por la diversidad<br />
de sus posibilidades creadoras». Más allá de su vínculo con <strong>el</strong><br />
Barroco, es importante «atender a la forma en que Abraham dice lo<br />
que dice: tendríamos entonces una idea d<strong>el</strong> poder singular y de la<br />
riqueza de su lenguaje». 323 Abraham a Sancta Clara «piensa en<br />
imágenes. A través de <strong>el</strong>las llega a hacer ver directamente lo que<br />
quiere decir». 324 Describe, por ejemplo, la muerte que se abate sobre<br />
Viena con una fuerza que trasciende las clases y las instancias<br />
dirigentes, como un segador que siega todos los pastos, altos o<br />
bajos, como un resplandor que ilumina no sólo los techos de las<br />
cabañas campesinas, sino también los palacios reales. 325<br />
Precisamente por una imagen como ésta deja ver la nada - de<br />
la existencia humana: «El hombre: esa nada de cinco pies de alto». 326<br />
Sólo un lector superficial podría pensar que Abraham a Sancta Clara<br />
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