Farias Victor, Heidegger y el nazismo
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Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
hombre renacentista". El más puro entusiasmo cesarborgiano<br />
de un Nietzsche. Ofrecían incienso a los ídolos de la cru<strong>el</strong>dad y d<strong>el</strong><br />
pecado. El becerro de oro, la fama de Venus babilónica estaban<br />
puestos en los altares. ¿Y qué se proponía su poesía Adular los bajos<br />
gustos d<strong>el</strong> pueblo [...]. Así eran los hombres que descargaron de sus<br />
espaldas <strong>el</strong> "supranaturalismo". Los enemigos d<strong>el</strong> oscurantismo, los<br />
grandes personajes que llegaron a desarrollar por completo su yo. Su<br />
vida era un éxtasis. Y así continuaron cayendo, hasta llegar a aunar<br />
la muerte y la desesperación y a llamar sagrada "la<br />
descomposición"». 124<br />
La conversión es la fase que sigue al estado de dolor y<br />
descomposición. Pero es un milagro. «Hasta que llegó <strong>el</strong> día en que<br />
Dios hubo de ayudar. Él vio. El darwinista se movió. Con férrea<br />
consecuencia avanzó, ascendió.» 125 <strong>Heidegger</strong> había juzgado con<br />
desprecio la incapacidad vital de Jacobsen («existencia miserable»,<br />
«demasiado débil para vivir y no lo suficientemente enfermo para<br />
morir») y a <strong>el</strong>la va a oponer una salud vital, una energía en la que se<br />
sintetizan la fuerza natural y la gracia divina, precisando los rasgos<br />
esenciales que caracterizaban su imagen de Abraham a Sancta Clara.<br />
Incluso sus caracteres físicos reflejados en la estatua (cf. más arriba).<br />
Pero aquí, <strong>Heidegger</strong> precisa mejor su concepción de las cosas y llega<br />
a formular algo así como un darwinismo espiritualista<br />
sobrenaturalizado a diferencia d<strong>el</strong> darwinismo propiamente dicho: «La<br />
f<strong>el</strong>icidad sólo es posible a través de la mentira vital. ¿Está en lo cierto<br />
Ibsen con esta frase No, contradice una ley fundamental biológica.<br />
La verdad conduce por naturaleza a la f<strong>el</strong>icidad, la mentira a la ruina.<br />
Ésta es la premisa fructífera. Apártate de la verdad, y <strong>el</strong>la te castigará<br />
por tu transgresión. Pero ahora, ¿quién ha buscado más<br />
estrictamente la verdad, ¿quién no ha tirado todos los prejuicios por<br />
la borda, rotas todas las cadenas, ¿quién no ha creado con la<br />
«soberanía d<strong>el</strong> Yo espiritual y moral» su convicción Los grandes<br />
personajes que hemos visto ¿hallaron la f<strong>el</strong>icidad No: la<br />
desesperación y la muerte. Ved aqu<strong>el</strong>la fila de testigos, que se han<br />
desviado d<strong>el</strong> camino y se han apuntado la sien con <strong>el</strong> revólver.<br />
Ninguno de <strong>el</strong>los poseía la verdad. Así pues, <strong>el</strong> individualismo es una<br />
norma falsa. Por <strong>el</strong>lo, aparta de ti la voluntad de la carne, las<br />
doctrinas mundanas, las d<strong>el</strong> paganismo. 126<br />
El supuesto más abstracto es formulado por <strong>Heidegger</strong> de modo<br />
absolutamente explícito: «Y nuevamente una hipótesis biológica. La<br />
vida más alta es condicionada por la caída de las formas inferiores. La<br />
planta necesita para su crecimiento las materias inorgánicas. El<br />
animal sólo puede vivir por la muerte de la planta y así ascendiendo<br />
sucesivamente por grados. Si quieres conseguir espiritualmente la<br />
gloria eterna, entonces muere y mata lo inferior dentro de ti. Obra de<br />
acuerdo con la gracia sobrenatural y resucitarás». 127 En la conversión<br />
de Jörgensen, <strong>Heidegger</strong> no ve solamente la fuerza de lo católico,<br />
sino también una vu<strong>el</strong>ta a la patria (Heimat). Y en su comentario<br />
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