Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Farias Victor, Heidegger y el nazismo
Farias Victor, Heidegger y el nazismo
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Víctor <strong>Farias</strong><br />
<strong>Heidegger</strong> y <strong>el</strong> <strong>nazismo</strong><br />
creativa. Sin embargo, sólo permanece como posición fundamental<br />
realmente efectiva cuando es desarrollada por sí misma en<br />
contraposición a toda su fuerza esencial y su dominio. La filosofía de<br />
Nietzsche —en sí dirigida a lo pasado— tiene que orientarse a un<br />
pensamiento que atisbe más allá de <strong>el</strong>la misma, hacia <strong>el</strong> futuro». 193<br />
Fue exactamente de este modo como <strong>Heidegger</strong> pretendió que<br />
se entendiese su propia filosofía: un «comienzo», <strong>el</strong> prólogo de un<br />
pensamiento nuevo que se liberara de lo arcaico. Según la<br />
interpretación de <strong>Heidegger</strong>, <strong>el</strong> «pensamiento» es la objetivación<br />
trascendental de un pueblo y, así como «<strong>el</strong> pueblo de los griegos»<br />
había puesto en cuestión —en una discusión violenta pero creativa—<br />
la más difícil y extraña cuestión d<strong>el</strong> origen, la superación de lo dado<br />
debía ser obra d<strong>el</strong> pueblo alemán.<br />
Según <strong>Heidegger</strong>, Nietzsche habría llegado hasta <strong>el</strong> límite de<br />
ese conocimiento. Lo nombró sin comprenderlo. Sólo Hölderlin fue<br />
más allá, y por eso mismo se convirtió en una instancia<br />
trascendental. En una carta dirigida a su amigo Böhlendorf, <strong>el</strong> 4 de<br />
diciembre de 1801, poco antes de su partida a Francia, Hölderlin<br />
enfrenta en la esencia de los griegos <strong>el</strong> «pathos sagrado» y la<br />
«sobriedad juniana occidental d<strong>el</strong> don de la representación». 194 No se<br />
debe entender este contraste como una constatación históricamente<br />
neutra, sino como algo que muestra al conocimiento inmediato <strong>el</strong><br />
destino y la resolución de los alemanes. Aquí debe bastarnos con esta<br />
indicación, ya que <strong>el</strong> propio conocimiento de Hölderlin sólo podría<br />
alcanzar la certeza a través de la interpretación de su obra. El<br />
antagonismo entre lo dionisíaco y lo apolíneo, la pasión sacralizada y<br />
la representación sobria, señalan una ley d<strong>el</strong> estilo propio escondida<br />
en la determinación histórica de los alemanes que un día debe<br />
encontrarnos dispuestos y preparados para su definición. Esa<br />
contraposición no es una fórmula con cuya ayuda podríamos describir<br />
solamente la «cultura». Hölderlin y Nietzsche han planteado así un<br />
interrogante acerca de la tarea de los alemanes de encontrar su<br />
esencia histórica. ¿Comprenderemos este signo Una cosa es cierta:<br />
la historia se vengará de nosotros si no somos capaces de<br />
comprenderlo. 195<br />
El «distanciamiento» de <strong>Heidegger</strong> d<strong>el</strong> nacionalsocialismo<br />
terminó siendo de ese modo una restauración espiritual de los<br />
fundamentos de la concepción d<strong>el</strong> mundo d<strong>el</strong> nacionalsocialismo. Su<br />
alejamiento de aqu<strong>el</strong>los que se habían desviado d<strong>el</strong> camino<br />
«auténtico» d<strong>el</strong> nacionalsocialismo, se realizó, entonces, con<br />
referencia al mismo principio d<strong>el</strong> cual <strong>el</strong> nacionalsocialismo había<br />
surgido y d<strong>el</strong> que poco después se habría distanciado: la convicción<br />
firme de la superioridad ontológica d<strong>el</strong> pueblo y d<strong>el</strong> espíritu alemanes.<br />
He aquí por qué la posición de <strong>Heidegger</strong> frente al régimen<br />
nacionalsocialista no fue en ningún momento, y tampoco después d<strong>el</strong><br />
final de la Segunda guerra mundial, la de un crítico implacable.<br />
272